68|A FONDO multitud de artilugios y soluciones de lo más variopinto, la propia industria ha generado nuevos actores y el resultado es tan amplio que resulta complejo analizar, desde espacios donde el “todo vale” o con decir que “son LEDs” es suficiente argumento a interlocutores donde el nivel de exigencia es elevado y donde a las soluciones con tecnología LED se le requieren altas prestaciones fruto de un ajustadísimo briefing. ¿Es suficiente el paraguas del ahorro energético, de la elevada eficiencia, de la ausencia de mantenimiento, para sostener la presencia de esta tecnología en el sector de la moda? Evidentemente no, y por esto aparecen cada día con más argumentos soluciones donde los parámetros cualitativos y tecnológicos cobran más importancia, la luz debe ser adecuada a los productos que presentamos y para ello, el Led debe ser el correcto, el sistema óptico el justo, el equipo de alimentación el óptimo, para que la presencia de esta nueva tecnología adquiera sentido y no solamente se utilice porque sea el signo de los tiempos o porque no nos queda más remedio. Relighting Ante este cúmulo de nuevos paradigmas quizás no esté de más reiniciar y volver a plantearnos el papel del diseño de la luz como instrumento de marketing, una herramienta al servicio del concepto espacio-venta que debe estar en sinergia con el diseño interior, la imagen, la comunicación, el branding, la organización, el producto, los medios audiovisuales. Quizás de esta manera seamos capaces de devolverle a la luz su rol de canalizador de las percepciones visuales y podrá conducirnos al objetivo de los espacios de venta a través de las vivencias que estos proponen. ■ This question is hard to answer. All around us we find multitude of gadgets and solutions of all size and colors. This industry has generated new actors and the results are so wide that analyzing them is complex; from spaces where “everything goes”, where just mentioning that “they are LEDs” is enough, to interlocutors with a high level of requirements and where the LED technical solutions are expected to yield high benefits as a result of a tight briefing. Is the umbrella of energy savings, of high efficiency, of lack of maintenance, enough to support the presence of this technology in the fashion sector? Evidently not, and this is why each day they offer more arguments solutions in which the quality and technological parameters are of upmost importance. Lighting has to be adequate for the products presented and for this, the LED has to be appropriate, the optic system precise, the feeding equipment optimum, so the use of this new technology can make sense and not be utilized only because it is a sign of the times or because we have no choice. Relighting When faced with this set of paradigms, it is worthwhile to restart and ask ourselves what the role of lighting design is, as marketing instrument, and as a tool serving the concept space-sales that has to be in synergy with interior design, the image, communication, branding, the organization, the product and the audiovisual media. Maybe this way we will be capable of returning light to the role of catalyst of visual perceptions so it can take us to the purpose of the sales spaces through the experiences that they suggest. ■