alta calidad, que en ocasiones proporcionan luz indirecta en forma de estructuras colgantes bajo las bóvedas del interior, o permiten realizar dramáticos contraluces en las celosías de piedra, cuando son observadas desde el exterior. Todo el perímetro del baluarte, dotado de foso, se ilumina desde sus profundidades, consiguiendo en los muros un baño de luz que se atenúa suavemente al ir ganando altura. Una inundación demasiado uniforme hubiera dado como resultado una imagen aburrida y monótona, aquí el resultado es dramático sin estridencias, con ligeras variaciones en la temperatura de color se consigue un efecto pictórico que nos remite a una luz proyectada por las hogueras. Los acentos en ciertos elementos sirven para puntuar la lectura de la fachada, y en los laterales, las cañoneras están delimitadas por luz rasante en los parapetos, aportando ritmo y orden a la imagen del fuerte cuando se contempla desde mayor distancia. El proyecto ofrecía muy buenas oportunidades, y los resultados muestran una excelente sintonía entre arquitectura, diseño de iluminación e ingeniería. La rampa de acceso, de nueva construcción, construida para garantizar la accesibilidad del recinto, ha sido convertida en un elemento integrador de la iluminación del patio del baluarte. Este tipo de soluciones permiten respetar la imagen diurna del conjunto y generan ambientes interesantes y teatrales al caer la noche. Las fuentes de luz, ocultas al visitante, dibujan suaves curvas de luz y sombra. Las chimeneas de ventilación, de sección circular, descubiertas durante el proceso de restauración, se tratan desde el interior y proporcionan un regalo visual cuando se recorren la planta cubierta CUADERNOS|59 de las murallas. El resultado está lleno de cuidados detalles como éste, de oportunidades aprovechadas con imaginación. Queriendo añadir un elemento que emulara a la iluminación de candiles de aceite, el estudio de arquitectura, el diseñador de iluminación y la empresa Ilumarte han desarrollado un diseño de luminaria portátil dotada de elevada autonomía y equipada con tres emisores LED de diferentes temperaturas de color. Todas estas luminarias son capaces de comunicarse entre ellas y con el sistema de gestión KNX que gobierna la instalación gracias a una placa que implementa el sistema ZigBee, un protocolo de comunicación por radiofrecuencia “ultraligero” (de baja potencia y bajo consumo de recursos de computación). De este modo han conseguido transportar el viejo candil al siglo XXI, el de la hiperconectividad y la llamada “internet de las cosas”. ■ © Jesús Granada