PROTAGONISTA|49 “La buena arquitectura es muy fácil de iluminar. La buena arquitectura es clara, precisa, tiene un sentido, tiene una verdad implícita. La mala arquitectura es la más dificil de iluminar”. que me he encontrado es que la gente normalmente asocia niveles más altos de iluminación con opulencia, entonces normalmente los espacios, las ciudades en las zonas maás densamente po- bladas, están mucho más iluminadas. Existe por otro lado una tendencia a mezclar la capacidad que tienen los edi- ficios de comunicarse con iluminación y eso se explota al máximo. Los edificios se convierten en pantallas, los edificios cambian de color. Europa es mucho más moderada por varias razones. Cul- turalmente es una sociedad mucho más regulada en muchos aspectos. También es mucho más moderada en el consumo enérgetico. Los edificios tienden a ser mucho más racionales, conservadores. Sin embargo, dentro de ese mismo parámetro existen muchos ejemplos en contra, que son un poco la excepción de la regla. Las ciudades europeas son mucho más conservadoras, más mode- radas en su manejo de la iluminación, tienen muchas de ellas afortunadamen- te, monumentos históricos arquitecto- nicos muy relevantes y ahí hay un gran interés en que estos elementos se vuel- ven preponderantes dentro del marco de la ciudad, por lo tanto la iluminación de los edificios públicos es uno de los elementos que disfrutamos mucho. En Norteamérica, la eficiencia ener- getica es el paradigma de todos los proyectos. La eficiencia energética y la eficiencia económica en terminos del desarrollo de los proyectos, dentro del esquema de valores, son de los más importantes. Considero que en la mayoria de los ca- sos, los valores estéticos están pasando a un segundo plano, por la necesidad de cumplir con los dos primeros. Exis- ten muy buenos proyectos en los que se logra resolver la parte técnica sin descuidar la parte estética. Pero si hay una gran restricción en terminos de los consumos energéticos por la situación económica que existe, y que afortuna- damente parace que está cambiando limitantes muy importantes en términos de cuanto presupuesto se puede invertir en el proyecto de Iluminación. La eficiencia energética no estaá reñida con la estética. La clave está en la mancuerna que se establece entre el arquitecto y el diseñador de Iluminación . Si esa amalgama se da, el resultado es muy bueno. ¿Desde tu punto de vista, existe hoy en dia una cultura de la luz en México? Sí claro. Creo que es una cultura que está vibrante, va en aumento. Hay un gran interés a nivel general en ilumina- ción. Todos estos eventos públicos que se llevan a cabo todos los años han he- cho que la gente comience a interesarse y muchos artistas que están usando la luz como medio. Y la ciudad. Por ejem- plo, yo vivo en la ciudad de México, pero las ciudades en general en el país, creo que se han beneficiado de la iluminación pública, tanto para calles como edificios o monumentos, para convertirse en espacios más vivibles, más agradables, con más seguridad. Creo que la gente tiene un interés franco en que la ciudad, su barrio y finalmente su casa, sean espacios cómodos, espacios bellos y seguros. Por lo tanto, el ciudadano se interesa en la iluminación. Los ciudadanos ahora asisten a las exposiciones, van a las demostraciones, disfrutan los edificos. Por otra parte, es innegable pensar que la iluminación se vuelve en un factor clave en el éxito o fracaso comercial de un proyecto. Noso- tros tenemos muchos proyectos comer- ciales donde la iluminación se convierte en un factor indiscutible para hacer que un proyecto se vuelva más visible y por lo tanto esa visibilidad le acarrea tráfico y eso lo convierte en éxito. ¿Cómo ves el futuro de la profe- sión? Creo que cada vez va haber más dise- ñadores de iluminación. Me preocupa que no hay una forma de regular el ejercicio de la profesión, ni de certificar a las gentes que estamos involucradas en esta profesión. Me preocupa que no tengamos los conocimientos que se requieren para poder ejercer la pro- fesión. Considero que el futuro puede ser muy caotico si no logramos como medio ponernos de acuerdo y estable- cer las reglas básicas para que todos los integrantes de este medio podamos compartir el ejercicio profesional, que seamos diseñadres, fabricantes, desa- rrolladores, investigadores, educadores. Pero cada una de estas facetas requie- re que haya reglas claras. Pienso que ahora no hay un proceso de certificación profesional y creo que eso se requiere y creo que también necesitamos ser mu- cho más claros en términos de que es lo que se espera que un diseñador entre- gue como parte de su trabajo, se debe definir que es lo que un cliente debe de esperar que la iluminación le dé en las diferentes etapas de trabajo y cuales son los problemas que un diseñador de iluminación le debe resolver. Al definir esto, va a permitir que la relación entre los clientes y los diseñadores de ilumi- nación sea una relación más clara, más abierta y que ambas partes obtengan lo que están esperando. Uno de los problemas que tenemos aho- ra, al no haber un estándar en la profe- sión, todos hacemos lo que suponemos que es mejor con diferentes niveles de éxito en ese proceso. Es muy bueno que existan todos estos procesos de difusión y de divulgación de los conocimientos que se requieren para realizar y apreciar un proyecto de ilumi- nación, como por ejemplo, Diplomados, cursos, master., etc. Pero sí creo que debería existir una entidad federal que estipule cuales son los conocimientos mínimos que se requieren para dedicar- se profesionalmente a diseñar ilumina-