vistos por el observador, los siste- mas se pueden clasificar en: Visi- bles y No Visibles. En esta clasifica- ción nos referiremos exclusivamente a las luminarias, aunque también se da una percepción parcial de los diferentes elementos del sistema lumínico como las estructuras de apoyo, los cableados, los equipos auxiliares etc... En los sistemas de iluminación no visibles predomina el efecto de la luz en el espacio, en sus diferentes superficies y en los elementos. Es- tos actúan como reflectores de luz adquiriendo un determinado papel de “luminarias”. El color, la textura y la forma del espacio, definido por su arquitectura, son característi- cas principales de los elementos que aparecen bañados por el flujo lumínico procedente del sistema de iluminación oculto. » Los Sistemas No Visibles pueden serlo por encontrarse ocultos o es- condidos en elementos del propio edificio como: voladizos, cornisas, cavidades, rincones etc... o aña- didos, bien por estar colocados en lugares previstos inicialmente en el diseño del edificio, o integrados en los elementos que conforman el espacio como los muros, los te- chos, los elementos de mobiliario, los revestimientos etc... La clasifi- cación de los sistemas propuesta por Norbert Lechner está incluida en la clasificación de los sistemas no visibles que planteamos. Nos encontramos con dos maneras diferentes de ocultar los sistemas de iluminación, que dan lugar a lo que llamamos sistemas de ilumina- ción Ocultos e Integrados. » Los sistemas de Iluminación Ocultos utilizan un espacio para colocar las luminarias que inicial- mente no ha sido pensado para ello. La ocultación implica en la mayoría de los casos una ilumina- ción indirecta del plano de trabajo o del paramento, que se convierte en una iluminación general en la que el lenguaje arquitectónico se ve realzado por la luz. »Los sistemas de Iluminación In- tegrados están colocados de forma solidaria en espacios dispuestos expresamente en los elementos constitutivos del propio edificio como techos, muros, pavimentos, mobiliario etc. Normalmente forman parte del proyecto des de las primeras deci- siones formales, siendo su posición fija y difícilmente movible. Pero no siempre se toma la deci- sión de integrar los sistemas lumí- nicos en el proyecto arquitectónico, también se adoptan otras formas de colocación como: adosados, suspendidos o empotrados, de una forma visible y muy aparente. Es el caso de los sistemas de ilumina- ción visibles. »Los sistemas de Iluminación Vi- sibles se caracterizan porque las luminarias tienen una presencia vi- sual muy importante en el espacio. Su forma, su estructura organiza- tiva y su disposición formal tienen una presencia perceptiva impor- tante y una especial importancia en la visión y definición global del espacio. El lenguaje formal de las lumina- rias y del espacio se hace visible y necesita de un planteamiento pro- yectual que contemple su relación. Podrán adoptar diversas formas atendiendo a su disposición espa- cial y por estar formados por ele- mentos con formas y característi- cas muy variables (dada la extensa variedad de productos existentes en el mercado y la diversidad de los espacios y usos actuales de la arquitectura). Una clasificación exhaustiva desde este punto de vista resultaría imposible y además sería muy limitadora aunque, de forma con- ceptual, sería posible agruparlos considerando la relación que el sis- tema adopta respecto del espacio contenedor. Atendiendo a ello podemos es- tablecer una clasificación de los Sistemas de Iluminación Visibles en Sistemas de Integración Formal y Sistemas de Expresión Formal Propia. Cuando el sistema de ilumina- ción y el espacio tienen un mismo lenguaje estético; se relacionan e interactúan formalmente siguiendo criterios similares, ya sean rítmi- cos, cromáticos, organizativos, compositivos etc... Y además, la percepción y la comprensión del sistema no son posibles fuera del espacio contenedor, entonces dire- mos que el sistema es de Integra- ción Formal. AULA cd|21 Sistema de integración formal. Hotel Puerta América. Zaha Hadid, Arq. Si por el contrario el sistema lumínico y el espacio no tienen el mismo lenguaje, es decir: ambos tienen una estética, una estruc- tura y una forma de organización propia y distinta, entonces percibi- mos el sistema como un elemento único en el espacio, y en este caso diremos que el sistema es de Ex- presión Formal Propia.