Templo de Luxor to, así como su transporte en barco desde España. Como cada templo tiene una piedra de construcción o un color distinto de la misma, artistas españoles de la empre- sa fabricante se desplazaron a Egipto para tomar muestras con objeto de realizar los moldes. La instalación de cableado se realizó bajo suelo siempre que fue posible, es decir, en todos los casos de suelo restaurado realizado con piedra nueva (se levantó y colocó de nuevo), y en aquellos casos donde el suelo era de tierra. Aún así, la instalación no podía tener más de 25 cm de profundidad por razones arqueológicas. Cuando el camino era por piedra faraónica antigua, se utilizaron las juntas entre ellas para introducir un único cable de la menor sección posible. 2- Robustez Las características climatológicas ex- tremas del país hacían preciso contar con equipos de iluminación especiales, preparados para soportar muy elevadas temperaturas (entorno a 50o) y una elevada cantidad de polvo ambiente, incluso tormentas de arena. Las lluvias, aunque escasas, cuando ocurren son torrenciales, por lo que también debían soportar esta situación. Las cubiertas artísticas debían sopor- tar el sol directo sin deteriorarse el color del acabado; debían soportar también la elevada temperatura del entorno el pol- vo, y la arena del ambiente, sin degra- darse el material ni la textura; y resistir los impactos para evitar su ruptura por golpes de los visitantes. Con estas premisas el material seleccionado para su fabricación fue un poliéster reforzado con fibra de vidrio y coloreado en masa. Se realizaron moldes específicos para cada tipología de proyector, teniendo en cuenta tanto la geometría del mismo como la textura de la piedra real del templo/tumba donde iría instalado. El acabado final de color de cada una de las cubiertas se realizó a mano. Se diseñaron a medida los métodos de sujeción de los proyectores, depen- diendo de la problemática individual y de la tipología de suelo. Estos métodos de sujeción debían tener la robustez su- ficiente para soportar impactos preser- vando la posición del proyector. Cuando la fijación al suelo no era posible, se utilizaron bases realizadas en piedra es- culpida con el suficiente peso para evitar su desplazamiento, y fijadas en algunas ocasiones con cemento de restauración. 3- Iluminación arquitectónica La finalidad última de la instalación de iluminación consiste en lograr de forma real las ideas de iluminación concebi- das, los efectos de luz y sombra busca- dos. Las características dimensionales colosales de los templos faraónicos y de sus tumbas, convierten este objetivo en algo complejo, teniendo en cuenta además que esta complejidad aumenta cuando las posiciones de los equipos se limitan al suelo, y que las distancias a los elementos arquitectónicos a iluminar se ven limitadas por los caminos por donde los visitantes pueden pasear. En la iluminación de columnas, se precisaban equipos que permitiesen la orientación para el control preciso de la luz, pero al mismo tiempo se consideró primordial asegurar que dicha orienta- ción permaneciese fija en el tiempo, sin ser alterada por los visitantes al tocar los proyectores (voluntaria o involunta- riamente). Además, se debía salvar la altura de sus bases enormes para poder conse- guir la iluminación de sus altísimos tron- cos y alcanzar con la luz los capiteles y dinteles. Estas dos premisas derivaron en una nueva idea para su iluminación: Se utilizaron proyectores circulares con cuerpo largo, de altura suficiente para elevar la fuente de luz, sin lira, con la óptica orientable fabricada a medida bajo cristal de cierre, quedando así la