A FONDO|65 “Si en la luz es importante el aspecto cuantitativo de la misma, mucho más lo es su aspecto cualitativo”. Pero si en la luz es importante el aspecto cuantitativo de la misma, mucho más lo es su aspecto cualita- tivo. No por tener más o menos luz el proyecto es mejor, ni si siquiera por llegar a controlar su consumo. El proyecto es bueno cuando la luz tiene además de la adecuada canti- dad, calidad. Cada espacio deman- da una cualidad y cantidad de luz para que el hombre esté a gusto en su interior, aunque no siempre son necesidades del hombre porque el espacio puede ser habitado por animales, o por objetos con más o menos grado de sensibilidad a la misma, como ocurre en el interior de un museo. Y este ajuste es lo realmente complicado en un pro- yecto de iluminación. La calidad de la luz se refleja en la sensación de bienestar que produ- ce, en su capacidad de emocionar, de conmover. Tenemos que apren- der mucho de artistas como Olafur Eliasson o de James Turrell que trabajan con la luz buscando ese sentir. Y te sumergen en instalacio- nes donde te aislan de la realidad e intentan que te encuentres sólo a ti mismo mirando y sintiendo la luz. Los artistas que trabajan con la luz como material a experimentar buscan solo eso, no tienen además que cumplir una función. Al igual que tenemos mucho que aprender de los escultores en su manera de modelar el espacio. El fin de una escultura es emocio- nar, enviar un mensaje, comunicar algo... El escultor trabaja no sólo con la pieza que hace como objeto, también moldea el espacio. Cuando es una pieza de pequeña escala es más difícil de percibir el tratamien- to de este, pero al trabajar a una escala mayor la escultura se con- funde con la arquitectura. La única diferencia es que el espacio para el escultor no debe cumplir una función, es más visceral que en la arquitectura, al no tener un propó- sito en sí. Son espacios manifiestos, son espacios puros. En arquitectura el espacio es el todo, es como una escultura gran- de donde la escala impide percibir la envolvente, ya que al no ver- la pensamos que no está, que no existe. La arquitectura es el arte más complejo porque además de ser arte debe cumplir una función. En la búsqueda de esta funciona- lidad es donde muchos edificios pierden su esencia como elemen- tos artísticos. Además, para que una obra de arquitectura exista es necesario tener un encargo previo de un promotor y en su proceso de