58|CUADERNO CUADERNOS|58 el 14 por ciento restante de una forma más leve. Existen claras diferencias geográficas en su distribución, estudios realizados en Estados Unidos indican que en zonas próximas al Ecuador la prevalencia es del 1.5 por ciento, mien- tras que en regiones cercanas al Canadá la cifra se acerca al 10 por ciento. El segmento de población más predispues- to al sufrimiento corresponde a las mu- jeres en edad fértil, entre 20 y 30 años y personas con antecedentes familiares de trastornos afectivos. Para minimizar los efectos del SAD, se aplican una serie de terapias: Luminoterapia o fototerapia: es el tra- tamiento que mejores resultados está teniendo, tanto en cuadros depresivos de carácter estacional como en pato- logías derivadas del trabajo en turnos rotativos o de los trastornos derivados de vuelos (jet lag). Básicamente se trata de la exposición a una luz blanca brillante con una in- tensidad de 2500 lux o superior durante dos horas al día un periodo mínimo de dos semanas. Es el ojo y no la piel, el mediador de este efecto clínico. Psicofármacos: complementan la foto- terapia en los casos más resistentes. Orientación psicoeducativa: medidas higiénico-dietéticas para prevenir y superar el problema. Aprovechamiento de días soleados, realización de activi- dad física (preferentemente antes de la llegada del otoño), evitar ambientes pequeños y/o oscuros. Hay otras formas más cercanas de al- terar o modificar nuestro ritmo circadia- no o reloj biológico, un ejemplo sencillo es la inadaptación a los nuevos horarios como consecuencia de los cambios de hora en invierno y verano por un supuesto plan de ahorro energético, o las desagradables consecuencias de un vuelo transoceánico o de un vuelo entre hemisferios conocidas como jet lag. Donde también se están dando estas consecuencias es en los puestos de trabajo. El hecho de estar sometido du- rante toda la jornada a unos niveles de iluminación constantes, tanto en calidad como en tonalidad y en muchos casos limitando la aportación de luz natural pueden llegar a provocar la alteración en nuestro reloj biológico. Debemos recordar que no estamos diseñados para estar en el interior de un edificio, la evolución durante los miles de años nos ha adaptado a este am- biente, y en unas cuantas décadas he- mos alterado de una forma muy brusca esta situación. Debemos intentar diseñar nuestro entorno de forma que sea lo menos agresivo para nuestro organismo, y, como hemos visto, la luz forma una parte muy importante. Diseñemos las instalaciones pensando en las personas, de forma que se el ambiente sea lo más equivalente a una situación “natural”. Existe la tecnología y los medios para conseguirlo. En los últimos años hemos vivido una revolución tecnológica muy importante, pero muchos de los proyec- tos de iluminación no tienen en cuenta estos aspectos. Pensemos, analicemos y evaluemos “Con la tecnología existente podemos garantizar un ambiente visual adecuado a las necesidades de las personas”. “With the existing technology, we can guarantee a visual environment suitable to people’s needs”. per cent to a degree where it becomes disabling and 14 per cent in a milder form. There are clear geographical differences in its distribution. Studies done in the United States show that in zones near the Equator, the prevalence is of 1.5 per cent, while in areas closer to Canada the number is nearly 10 per cent. The segment of the population that is most affected is women of childbearing years, between 20 and 30 years old, and people with a family history of affective disorders. To minimize the impact of SAD, several therapies are used: Phototherapy: it is the treatment that has shown the best results in seasonal depressive disorders as well as in pathologies derived from working in shifts, and disorders caused by flying (jet lag). The treatment consists in exposing the patient to a bright white light with an intensity of 2500 lux or more, during at least two hours per day. It is the eye and not the skin the mediator of this clinical effect. Psychotropic drugs: complement the phototherapy in the more resistant cases. Psychoeducational guidance: health- dietary measures to prevent and overcome the problem. Good use of sunny days, physical activity (preferably before the onset of autumn) and avoidance of small and/or dark places. There are other ways of altering or modifying our circadian rhythm or biological clock that are closer to home. For example, the maladjustment to new schedules consequence of the time changes of Daylight Saving Time, implemented for a supposed plan of energy saving, or the unpleasant consequences of a flight between hemispheres or a transoceanic flight. The work place is another area where this problem is present. Been exposed to constant levels of light, be it in quality or quantity, and in many cases a very limited supply of natural light, can cause alterations of our biological clock. We must remember that we are not designed to be inside a building. During thousands of years, evolution has modified us to adapt to this environment, and in a few decades we have abruptly altered this situation. We should try to design our environment in a manner that would be less agressive to our body, and as we have seen, light is an important part of