cial. Ahora, si queremos ver a alguien haciendo algo a mano debemos inven- tar expresamente otra cosa. Y ya no comento que ahora se han abierto otros mercados y que estamos hablando con chinos, coreanos... Es totalmente otro discurso. Pero, como comentaba, los arquitectos nos adaptamos, somos muy femeninos. ¿Tiene previsto publicar algún es- crito inédito de Enric Miralles? Sí. Enric no escribía mucho porque no tenía tiempo, y cuando lo hacía era muy poético. Pero hay muchos dibu- jos que se podrían publicar con mucho cariño. Pero eso necesita tiempo y un equipo de personas que se dediquen a estudiarlo... Poco a poco la Fundación se dedicará a estos temas. Aquí abajo (en la sede de la Fundación) hay una pieza denominada Paraíso (Heaven) que sólo se ha visto en Japón. Nunca se ha publicado. ¿Y unas obras completas? Con más tiempo, sí. Es un trabajo que debo hacer en el futuro. Compagina su trabajo como arquitecto con la docencia en universidades como Harvard. Explíquenos un consejo que suele dar a sus alumnos. Les recomiendo hacer las cosas que más les gusten. Tengo una hija que ha empezado a estudiar arquitectura -yo no quería-. Ella decía “no, mama, yo quiero hacer arte...”. Y al final, ¡arqui- tectura! Yo le repito que haga lo que le gusta. En la universidad hay muchas crí- ticas, los profesores parece que te llevan a una posición determinada... Pero la verdad es que hay muchos arquitectos Tienda Camper. Barcelona. Foto por Sánchez y Montoro. fantásticos y famosos que, cuando eran estudiantes, no eran considerados muy brillantes, porque justamente tenían su propia visión. Esto es muy importante: mantener una visión propia, aprender, pero no tener miedo a que alguien te diga que eres un desastre como supon- go que le han dicho a muchos. ¿A Gaudí, por ejemplo? Creo que tampoco fue un estudiante especialmente brillante... ¿Considera que su estudio ha crea- do una cierta marca que se puede identificar con la Escuela de Barce- lona? Creo que sí. Tenemos algunas cosas que nos gusta decir que son “los platos de la casa”, unos “platos” bastante especia- les. A veces la gente confunde nuestros edificios. “Es el Parlamento. No, es la universidad”, dicen, porque son proyec- tos similares, son familiares entre sí. Para nosotros la época del Modernismo es muy importante y nos ha influido. Su estudio ha abierto una oficina en China. ¿El futuro de la profesión pasa por la internacionalización? Sí, lo hemos creído desde siempre. No porque pensáramos en el futuro de la profesión, sino porque éramos personas abiertas y nos interesaba el resto del mundo. Al principio tenía una discusión con Enric. Él decía que el arquitecto sólo puede actuar en su propio país. Yo respondía que no es así. Y, poco a poco, hemos visto que las cosas han ido cambiando y que ahora los arquitectos estamos todos un poco proyectados al mundo. Ahora es posible, con los orde- nadores estamos en contacto directo con China a diario. Esto hace veinte años era una locura. Los aviones ahora son mucho más confortables... Real- mente ahora se trata de otro mundo. Para acabar, destaque un proyecto que todavía no haya hecho y que le gustaría realizar... ¿Sabes que no lo sé? Siempre me hacen esta pregunta, pero no tengo un proyec- to determinado por hacer, porque cada trabajo que me dan se transforma en mi pasión. Cada proyecto que realizamos es algo que me apasiona. Lo importante es encontrar en cada cosa que haces ese algo experimental que lo hace vivo. Intentamos siempre que pase así. PROTAGONISTA|53