De formación ingenie- ro, ¿qué le llamó la atención del diseño de iluminación? Mi inicio en la ilumina- ción fue circunstancial pero definitivo. Comencé a colaborar en una empresa comercial que se encontraba realizando proyectos llave en mano para la ilumi- nación de museos y mi primer contacto con la iluminación fue precisamente haciendo ajustes en la iluminación de la sala de un museo. Hasta ese momento nunca había pensado en el valor que tie- ne la luz aplicada y de pronto le tomé un gran interés que se convirtió en pasión. Yo tenía desde siempre un interés por la arquitectura y el arte, tuve la fortuna de que en la escuela preparatoria me forza- ron a tomar un curso de historia del arte en el que cada alumno debía presentar un tema, el mío fue el impresionismo y me volví asiduo a esta corriente en particular. Mi pintor favorito es Joaquín Sorolla, el pintor de la luz y bueno, al paso de los años, esos diversos intere- ses se han conjuntado en la iluminación. Mi campo de estudio en la ingeniería es la electrónica y esto me ha dado una base muy sólida de frente a las nuevas tecnologías tanto de generación como de control de la luz. Finalmente, hace algunos años también decidí hacer una maestría en Restauración Arquitectó- nica dado que buena parte de nuestro trabajo ha involucrado la intervención de monumentos históricos. Así que la luz une para mí todos estos intereses. ¿Cuál cree que es el valor añadido que aporta un diseñador de ilumi- nación al proyecto que realiza una ingeniería o un arquitecto que no cuenta con personal especializado en esta disciplina? Sin duda, es el concepto lo que marca la diferencia. Un proyecto resuelto técnica- mente bajo criterios de ingeniería tendrá una base técnica sólida, será eficiente y cumplirá la normatividad respectiva. Por su parte, las soluciones de iluminación provistas en el proyecto arquitectónico integrarán muy bien los elementos lu- mínicos con la forma y composición del espacio y tendrán una relación estrecha con su respectiva función. Bien, el dise- ño de iluminación considera todo esto, pero su punto de partida es el concepto que dependiendo del caso puede tener una carga simbólica, estética, funcional, formal, ambiental, social e incluso abs- tracta o un balance de varios de estos enfoques. Y los valores que agrega dicho concepto son desde mi punto de vista tres: definición de la arquitectura, bienestar del usuario y racionalidad en el uso de la tecnología. ¿Cuál es para usted la relación en- tre iluminación y arquitectura? Es una relación un tanto emocional cuando lo pensamos en el plano abs- tracto de las dos disciplinas. La arqui- tectura crea el espacio y la luz lo define; la luz no es perceptible por sí misma y es la arquitectura lo que la hace eviden- te; la una no tiene sentido sin la otra pero son completamente distintas. La PROTAGONISTA|43 energía lumínica se materializa sobre la arquitectura y la materia que conforma al espacio se desmaterializa gracias a la luz. Y esta es la paradoja de la física: luz y materia tienen una relación que traspasa los límites convencionales, lo cual se traslada también al campo de las ideas. Es muy interesante, la luz es en sí misma un elemento de definición pero siempre presenta la capacidad de transformar y transformarse al entrar en relación con otras entidades, inclu- so con el espacio mismo en la escala del universo. Me da gusto que hayas preguntado esto porque no me había to- mado el tiempo antes de poner en claro estas ideas. En un nivel más antropológico y sobre todo en el profesional que nos interesa mucho, la iluminación y la arquitectura