REPORTAJE|35 En los casos menos acertados, la luz es utilizada únicamente para resaltar la superficie de un obje- to, convirtiéndose en una herramienta secundaria que afecta poco al resulta- do final. Sin embargo, las situaciones más interesantes ocurren cuando la luz se utiliza como un objeto arquitec- tónico en sí y se eleva al mismo nivel que la propia composición volumétrica de la que los arquitectos nos servimos para acotar el espacio. ¿Y cuál es el parámetro que relaciona la masa construida (o sustraída) y la luz? La tensión. Tensión será el concepto que más veces repetiré voluntariamente du- rante el desarrollo de este artículo. La tensión entendida como el conjunto de fuerzas internas e inestables que cual- quier proyecto debe contener y cuya máxima expresión se alcanza cuando entran en armonía. Este hecho puede asemejarse a otras situaciones más tangibles, como suce- de entre un imán y su campo mag- nético. Todos conocemos que el imán posee una polaridad diferente en cada uno de sus extremos, la positiva y negativa. Dependiendo de la distancia en que posicionemos otro imán con los polos invertidos, una serie de fuerzas magnéticas comenzarán a actuar y los atraerá. Si están demasiado lejos, el campo magnético no interviene; pero si están demasiado cerca, se unirán irremediablemente. El instante que me interesa se produce cuando ambos imanes se encuentran a una distancia tal que ni se separan ni se acercan, sino que ambos comienzan a vibrar, entran en tensión y mantienen el sistema en un cierto colapso sus- pendido. Ese instante es el verdadera- mente sugerente, donde las fuerzas de atracción y repulsión se equilibran y la vibración es el hecho físico que mate- rializa el balance de tensiones. Densidad y masividad, porosidad, geometría... serán propiedades físicas también de la luz que nos ayudarán a entender su uso como herramienta de proyecto abstraído al mismo nivel que la propia forma arquitectónica y que desde sus propiedades debemos encontrar la misma tensión o equilibrio inestable que el descrito anteriormente en un campo magnético. La abstracción en la configuración de espacios interiores a través de las formas geométricas y la luz no tiene su origen en el siglo XXI. Encontramos ejemplos tan alejados en el tiempo como el Panteón de Agripa en el Siglo II d.c., donde la luz natural acaricia los paramentos interiores de la cúpula se- miesférica sobre un tambor circular y el pavimento dotan al espacio de una tensión, de una vibración sublime. Iluminación del Castillo de Buitrago de Lozoya Buitrago de Lozoya se localiza a esca- sos 80 kilómetros al norte del centro de Madrid. Rodeada por el río Lozoya, la ciudad fue fundada en el siglo XI y todavía preserva su muralla completa, posicionándose como uno de los con- juntos amurallados más importantes de la Comunidad de Madrid. El castillo se sitúa en un extremo de la muralla para reforzar defensivamente una de sus esquinas. Hoy día, su patio de armas alberga espectáculos culturales, acogiendo a casi mil quinientas personas. Con un presupuesto únicamente de ochenta mil euros, el programa requería dotar de una iluminación artística y poliva- lente al conjunto arquitectónico con la flexibilidad suficiente como para albergar desde un concierto de jazz hasta el conocido Belén viviente que