adquiere un carácter de pausa, de pa- rada, de focalización en los elementos de descanso que permiten disfrutar de momentos de relax, o mejor dicho, de reposición de fuerzas porque el micro en ningún momento queda descontex- tualizado por el macro. El concepto de línea implica en sí mismo una dinámica, física o visual. Implica, respecto al perceptor, una visión con recorrido visual. Circulaciones, por donde el usuario accede a los diferentes ámbitos, o por donde circula aproximándose a la oferta comercial-cultural-gastronómica del centro. La línea implica dinámica de movi- lidad, tránsito, continuidad y a nivel visual se establece como un ámbito dirigen en el interior del centro abstra- yéndonos de otros aspectos. La superficie es el elemento más directamente conectado a la represen- tatividad del centro, superficies carga- das de significado identifican el lugar y buscan el provocar una sensación general, compleja, pero sobre todo llena de estímulos visuales. La superficie comporta experiencia visual y por lo tanto los sistemas, las soluciones luminotécnicas disponen un abanico inmenso de posibilidades y el dinamismo, el cromatismo adquieren un rol importantísimo. En los accesos es común encontrar- nos con efecto sándwich, la luz en superficies horizontales nos envuelve tanto en el plano superior como en el A FONDO|67 “Las superficies verticales utilizadas de forma retroiluminada proporcio- nan comunicación, generan visi- bilidad y son un claro reflejo de la unión luz-arquitectura”. puntual originando la atención por contraste. En su vertiente macro el punto adquiere una dimensión que engloba el centro en sí, ya que este no hace más que constituirse en un inmenso punto que desea constituirse en punto de atención globalizado. Un punto que en su interior albergue infinitud de geometrías y se convierta en el vientre que nos acoge y nos ofrece seguridad y confortabilidad. En un punto intermedio, y situados de manera descontextualizada los ne- gocios preindividualmente que confi- guran la oferta del centro no dejan de ser por si mismos puntos que compi- ten entre ellos. El punto en su dimensión micro donde la luz debe acompañar y no competir, sobre todo con el punto en sus distintas vertientes. A su vez la línea permite circunscri- bir espacios, facilitar el movimiento, y establecer la relación entre espacios contiguos y/o próximos. Nos encontramos básicamente dos tipologías de líneas verticales que significan comunicación entre pla- nos (escaleras, escaleras mecánicas, ascensores) y horizontales que nos acompañan en la sucesión de comer- cios satélites. A estas podemos sumar las que configuran la estructura arqui- tectónica del centro. La idea de superficie supone un tratamiento más complejo y completo ya que el tratamiento de las diferentes superficies supone como fin crear un espacio, un ambiente, una experien- cia. Superficies verticales, superficies horizontales, superficies inclinadas, superficies curvadas... nos van deli- mitando el espacio, nos dirigen y nos engullen como irresistible faro y nos inferior haciéndonos sentir protago- nistas en nuestra entrada al centro- castillo-fortificación. Las superficies, ya sean verticales, ya sean horizontales, tratadas como sucesión de planos nos crean volúme- nes, efectos de perspectiva que favo- recen la profundidad de la mirada. Las superficies verticales utilizadas de forma retroiluminada proporcionan comunicación, generan visibilidad y son un claro reflejo de la unión luz- arquitectura. Al tratar las superficies es importan- te controlar el entorno, el emplaza- miento y jugar adecuadamente con la disposición arquitectural y los factores estéticos sin olvidar los aspectos nor- mativos. Para todo ello, disponiendo de los mejores argumentos luminotécnicos, organizaremos vuestro diseño de iluminación para configurar vuestra imagen de sueño, de evocación, de apariencia, en definitiva para dotar al centro de su auténtica dimensión simbólica. ■