Hay dos caminos por los cuales se busca mejorar la capacidad de tratamiento de datos y entrega de información y conoci- miento. Siguiendo la senda de una mayor eficacia se encuentra la Computación Cognitiva. Por el lado de la mayor eficiencia, aparece la Computación Cuántica y sus anunciados ordenadores cuánticos; obviamente sin olvidar la búsqueda de mayores capa- cidades de cálculo de los procesadores actuales, tradicionales. La computación cognitiva -permítanme dejar la Cuántica para otro día- persigue ‘simular el pensamiento humano en un mo- delo computarizado’(2). Implica sistemas de auto-aprendizaje y reconocimiento de lenguaje natural. Con ella las máquinas proporcionan una capacidad de análisis de datos mucho más veloz que la de los humanos. Vienen a actuar como un super-cerebro con capacidad de acceder a información en cualquier parte del mundo, de procesar gran cantidad de datos, muchos de los cuales no son cifras o datos estructura- dos, sino que son fotografías, vídeos, mensajes, documentos, situaciones u otros datos no estructurados. De este modo, los resultados proporcionados por las máquinas son correlaciones, patrones o conclusiones servidos en forma de números, gráficos y, por qué no, consejos varios en lenguaje natural sobre qué hacer ante distintas situaciones. A las máquinas se les ha proporcionado autonomía de pen- samiento, análogamente a lo indicado anteriormente sobre la autonomía mecánica proporcionada mediante la incorporación de motores. Inteligencia artificial IBM acaba de presentar -el pasado mes de marzo- su nueva plataforma Watson Data Platform(3), de computación cognitiva. Según su página web, es capaz de aunar la información de una organización, aprender con cada dato que le llegue, y con sus capacidades analíticas, dar rápidamente nuevas respuestas al negocio, y todo esto ‘como servicio’ en la nube. Citando a Guy Creese(4), vicepresidente de Gartner, “quizás el mayor estímulo que la Inteligencia Artificial puede proporcionar es mantener a las personas centradas en lo que es más importan- te. La mayoría de las personas necesitan la Inteligencia Artificial para tratar con contextos cambiantes”. De los dos últimos párrafos habría que destacar, en primer lugar, ‘dar rápidamente respuestas’, en segundo, ‘en lo que es más importante [...] tratar con contextos cambiantes’(5). Las máquinas pueden resolver el problema de dar respuesta a los cambios y de manera suficientemente rápida. Además, algunas de ellas pueden aprender por sí mismas. Opinión 11