67 I+D Los responsables del proyecto durante su presentación ante los medios de comunicación. Para eliminar CO2 se puede actuar antes, durante o des- pués de la combustión y el sistema patentado por el pro- yecto Sigma puede hacerlo en cualquiera de estos momentos. Para lograr actuar sobre un gas en concreto, se tienen en cuenta sus características físico-químicas, por ejemplo, el tamaño de las moléculas que lo forman. En cualquier caso, al estar formado por átomos, sus elec- trones “son susceptibles de ser arrancados o introduci- dos” y de esta forma, es decir, mediante ionización, se consiguen separar los distintos componentes. Para ello hay que canalizar los gases por un conducto en el que se lleva a cabo la ionización y la separación, un proceso que se logra gracias a la tecnología láser. La parte de la ionización ha sido abordada principalmente por el científico del CLPU Álvaro Peralta, mientras que la separación se logra mediante la espectrometría de masas, especialidad del servicio que dirige César Raposo en Nucleus, la Plataforma de Apoyo a la Investigación de la Universidad de Salamanca. Fotoionización La primera parte de este proceso es concretamente una ‘fotoionización’, puesto que se trata de una ionización por láser. Los átomos por átomos, por pérdida o ganancia de electrones adquieren carga eléctrica cuando el láser actúa sobre ellos y una vez que se ha logrado esta ioni- zación las técnicas de espectrometría de masas pueden actuar sobre estas moléculas. Se trata de una ionización ‘eficiente y selectiva’, porque el principal objetivo es ac- tuar sobre el CO2. ¿Cómo se consigue realizar esta ionización de las molé- culas de CO2? La clave está en que el láser del CLPU actúa con una gran potencia eléctrica en un tiempo ex- tremadamente corto. En concreto, es capaz de llegar a los 100.000 MW (casi equivalente a la potencia eléctrica instalada en España) en el rango de los femtosegundos (una unidad de medida del tiempo que es la milbillonési- ma parte de un segundo). “Esa duración tan pequeña es lo que permite concentrar tanta la energía”, señala Álva- ro Peralta. Un reto para la espectrometría de masas A partir de la ionización, la espectrometría de masas logra separa los distintos componentes del gas. Sin em- bargo, esto ha supuesto un gran reto científico y tecno- lógico porque hasta ahora estas técnicas sólo han trabajado con cantidades de materia muy pequeñas y, de hecho, una de sus grandes utilidades es el análisis de compuestos químicos a partir de diminutas cantidades de muestra. En este proyecto, por el contrario, el objeti- vo es llegar a procesar grandes cantidades de gases con- taminantes, una posibilidad “sin precedentes en la literatura científica” sobre espectrometría de masas, ha explicado César Raposo. Otro problema es que, incluso salvando la dificultad an- terior, el proceso podría requerir un enorme gasto ener- gético que no compensara las emisiones de CO2 a la atmósfera que se pretenden evitar. Los dos problemas se han solventado apostando por la separación electrostática por láser, que permite redirec- cionar las moléculas ionizadas “sin que choquen con otras partículas”. Conseguir que las partículas circulen en la dirección adecuada a presión atmosférica y en los tiem- pos adecuados para realizar el proceso resulta una ope- ración extremadamente compleja que los científicos del proyecto aún tratan de optimizar. tecnología