2020 EVENTOS Y AGENDA 67 ANTECEDENTES Y PRECURSORES El punto de partida de esta crónica se sitúa a media- dos de los años treinta, con la colaboración entre el austríaco Bernard Rudofsky (1905-1988) y los ita- lianos Gio Ponti (1891-1979) y Luigi Cosenza (1905 -1984), que comienzan a trabajar en torno al concepto de vivir un espacio integrado en los elementos de su contexto: el mar, el paisaje, la naturaleza y las perso- nas que lo habitan. Diez años después, sobre todo a partir del 1949, en un clima de oscurantismo local, la presencia de estas figuras internacionales en España fue decisiva para dar un giro a la arquitectura local: Gio Ponti y Alberto Sartoris (1901-1998) -al que habrá que añadir el papel decisivo, desde un punto de vista ideológico y exis- tencial de Bernard Rudofsky- no solo introducen un aire de modernización cultural, sino que se sirven del ́mediterraneismo ́ como vehículo principal de reno- vación arquitectónica. Estos autores se convertirán así en los principales trasmisores de una peculiar idea de arquitectura mo- derna -muy bien acogida por la profesión española-, en la que adquieren relevancia el respeto por las po- tencialidades ambientales del sitio junto con una re- cuperación actualizada de la tradición arquitectónica, configurando el paisaje como tema de proyecto. Las ideas viajan a España, surgen relaciones profesionales y de amistad y recala la recuperación de la arquitec- tura tradicional, que perdura en el tiempo. Alfonso Noriega, Fundación ICO y el comisario de la exposición, Antonio Pizza. Finalmente, en la década de los cincuenta, el proceso de reincorporación de la arquitectura española en el debate internacional se hará en concreto a través de dos paradigmas principales: el interés por lo popular -fuera ya de los cánones del pintoresquismo- y una inédita aproximación a la ́genialidad’ de Gaudí, in- comprendida y marginada durante largo tiempo, me- diante un proceso de reconsideración que se llevará a cabo tanto desde Italia como desde España. El Pabellón Español en la IX Triennale de Milano (1951) representa un momento de síntesis de estas cuestiones, lanzadas ya –como visiones de un país en fase de renovación- hacia una plena aceptación por parte del mundo internacional. En él, una instala- ción arquitectónica a cargo de José Antonio Coderch, comisario de la exposición junto con Rafael Santos Torroella, contiene un sorprendente y surrealista montaje de arte del pasado, arte moderno, objetos Luigi Cosenza y Bernard Rudofsky, Casa Oro en Posillipo, Nápoles, 1934-1937. Archivo Luigi Cosenza, en Archivio di Stato, Pizzofalcone, Nápoles. © Bernard Rudofsky, VEGAP, Madrid, 2019.