iARQCO_AQ26

ENTREVISTA 50 Destacan aquí tres ensayos concretos: Abraxas, en Marne La Vallée; Les Arcades du Lac y les Temples Du Lac, en Saint-Quentin-en Yvelines, y Cergy-Pontoise, en Le Ville Nouvelle, donde se consigue un hormigón prefabricado blanco como sistema de repetición y como una respuesta al clasicismo. Después de todo esto hay alguna obra concreta fuera de la vivienda social, como el Teatre Nacional de Catalunya, la torre 77 West Wacker, en Chicago o el INEF en Barcelona, donde, del resultado de la investigación, se aplica un vocabulario arquitectónico clásico a una realidad. En el Taller no tenemos la vocación de repetir lo que sabemos hacer o nuestros propios errores. Ricardo decía que todos los proyectos son un error y que de todos se aprendía algo de lo que no debía repetirse, lo que le interesaba era la capacidad de reinvención y de poder seguir aportando creatividad a su propia obra. Entonces, no diría que podamos hablar de transformación del clasicismo hacia una formalización más sobria, sino que es un ciclo que terminó, pero que no tiene por qué estar totalmente cerrado. Si tenemos la posibilidad de hacer un proyecto totalmente clásico, de volver a estudiar el clasicismo y de aportar una respuesta clásica a una realidad urbana estaremos encantados y será un desafío más. Haydos edificiosdeviviendas enBarcelonaqueyadesde mi etapa de estudianteme fascinaron, especialmente el de Juan Sebastián Bach 28, por su planta y por las soluciones empleadas en la fachada, con las celosías para el control de la radiación solar y las persianas correderas. Es un lenguaje de un edificio que podría hacerse hoy, sin embargo, dejó de hacerse. ¿Creéis que Ricardo Bofill desarrolló o aportó un lenguaje barcelonés a la arquitectura residencial que se ha hecho luego? PB- Este edificio, el de Bach 4 y el de los apartamentos de la calle Nicaragua marcan el final de una época para Ricardo, porque son tres proyectos que realizó con su padre, que también era arquitecto y constructor. Mi abuelo, Emilio Bofill, era capaz de poder desarrollar los detalles constructivos de muchos arquitectos barceloneses. A diferencia de su padre, Ricardo quiso cambiar de escala, su padre hacía edificios y él quiso hacer ciudades, ese era su sueño. Estos tres proyectos no forman solo parte del ADN del Taller, son tres de los proyectos más interesantes que se han hecho en esta casa, autorreferencias absolutas. Este proyecto no se ha repetido porque no hemos tenido la posibilidad de volver a hacer un edificio de viviendas en Barcelona y porque no nos gusta repetir. El proceso y la planta me los conozco de memoria y el resultado arquitectónico, no solo me emociona, me gusta y me interesa, sino que además es una solución muy pertinente que se ha convertido en un referente arquitectónico en cuanto a cómo solucionar una planta entre dos medianeras, con un patio angosto y complicado. Al principio hubo muchas críticas acerca de la opacidad de la fachada, que la ventana no iba en la dirección que sería lógica y que no seguía la imagen de la fachada del edificio vecino, con una cuadrícula y una planta más clara. Es un proyecto muy relevante y un autorreferente para todos nosotros. Estos edificios tenían una gran suerte en esta época, que se puede ampliar a los proyectos del Barrio Gaudí o el Walden 7 o los trabajos de Calpe y el proyecto Kafka de Sitges: el constructor era familiar. Es muy distinto imponer tu criterio a un constructor de tu familia que imponerlo a un promotor que desiste de poner un material prescrito para inclinarse por otras soluciones que creen que serán las que tendrán mejor aceptación por parte del cliente. El razonamiento tan primitivo y absurdo que existe en el mundo inmobiliario en España no nos permite, como arquitectos, imponer nuestro criterio. La lucha que existe en España entre clientes y arquitectos lleva a casi la desaparición de estos, porque muchas promotoras tienen un modelo de vivienda que replican como bloques soviéticos, independientemente de la ubicación del edificio. Les Arcades du Lac, en Saint-Quentin-en Yvelines. Foto: Gregori Civera.

RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx