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53 PROYECTO rior de las viviendas, Estudio Lamela optó por una fachada transparente, conformada por vidrio transparente y dispositivos de gestión solar, como explica la directora del proyecto: “Uno de los condicionantes de la parcela era que en la acera opuesta se encuentra un amplio parque ajardinado con árboles, lo cual no es común en el centro de Madrid. Así, el punto de partida del proyecto fue siempre utilizar este activo y crear una fachada muy permeable y volcada a esta zona verde para introducirla en las viviendas, es por ello que se optó por vidrio transparente. Esto condicionó también la distribución interior”. Para el control solar se optó por estores exteriores motorizados además de persiana interior enel casode losdormitorios. Los vidrios son Climalit con diferentes configuraciones dependiendo del cada caso y los sistemas de carpintería de Cortizo. La resoluciónde la fachada corrió a cargo de Estudio Lamela. El objetivo de la fachada era crear desde el interior de las viviendas la sensación de “un pequeño oasis urbano, potenciado también por la azotea con la lámina de agua, la piscina y la vegetación”. El diseño de esta fachada tan permeable permitía recrear esta percepción interior de fusión con el entorno natural. CERTIFICACIÓN BREEAM La intención de equilibrar lo urbano con lo natural alcanza sumáximo exponente con la respuesta del edificio ante las exigencias energéticas. Así, ya durante su concepción se previó que éste cumpliera todos los parámetros para conseguir la calificación internacional BREEAM ‘Muy Bueno’, así como el certificado de eficiencia energética A, el más alto. Gracias a ello, los residentes podrían ahorrar entre El edificio está coronado por una azotea comunitaria, con piscina y unas exclusivas vistas sobre Madrid. Foto: Juan Sancho. un 50% y un 70% en la factura energética y hasta un 40% en el consumo de agua respecto a las viviendas tradicionales, según datos de BREEAM. “La certificación BREEAM -confirma Maria Chocarro- va en línea con los tiempos y la necesidad de construir de manera sostenible. Implica respeto hacia el medio ambiente, aumento del valor del inmueble y el cuidado de la salud del usuario final. También un ahorro considerable en los gastos de los residentes respecto a las viviendas tradicionales, tanto de agua como de energía. Conseguir el sello requiere de mucho control desde el inicio de la obra y durante todo el proceso, tanto de diseño como de construcción. El 80% (por volumen) de la fachada como componente principal, debía contar con productos y materiales que dispusiesen de una etiqueta ambiental”. De hecho, aunque cada vez es más habitual la presencia de grandes superficies vidriadas en las fachadas de edificios residenciales, la elección de los componentes y sus composiciones, así como el uso de estrategias de gestión solar, resulta esencial para no María Chocarro, de Estudio Lamela, directora del proyecto Modesto Lafuente 26. AFL

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