AL70 - Tecnología y productos para la industria alimentaria

51 SEGURIDAD ALIMENTARIA puede ser el vidrio, el plástico o el acero que se encuentran habitualmente en materiales y entornos de procesado de alimentos”, señala Irati Martinez Malax-etxebarria investigadora del departamento de Inmunología, Microbiología y Parasitología de la Facultad de Farmacia de la UPV/EHU. Se analizaron un total de 220muestras de tres grandes grupos de alimentos: animales de granja, animales marinos y verduras. “Se detectó Arcobacter en el 22,3 % de las muestras analizadas y la especie más abundante en todas ellas fue A. butzleri, la especie que más veces se asocia a enfermedades humanas, aunque también aparecían otras especies”, indica la investigadora de la UPV/EHU. “Vimos que todas las especies presentaban genes asociados a capacidades virulentas, es decir, genes que podrían conferir a la bacteria capacidad de provocar infecciones y enfermedades al ser humano”, explica Irati Martínez. Asimismo, “observamos que los chipirones son una importante fuente de Arcobacter, con lo que el consumo en crudo de estos productos podría ser una importante fuente de infección para el ser humano. También detectamos algún caso en una pieza de queso fresco probablemente asociado a una contaminación cruzada ya que se trataba de un producto adquirido al corte”, añade la autora del trabajo. “En las verduras analizadas (lechuga, espinaca, zanahoria, acelga…) —continúa Martinez Malax-etxebarria— la bacteria aparecía en todos los tipos excepto en acelga. Curiosamente, todas las lechugas y acelgas que dieron resultado positivo eran envasadas. Eso hace pensar un poco, porque muchas veces cuando adquirimos alimentos procesados no prestamos atención a su limpieza. Además, en las zanahorias detectamos una especie que hasta ahora nunca había sido caracterizada y que también posee genes de virulencia”. Además, “los resultados confirman la formación de biopelículas por parte de las bacterias Arcobacter transmitidas por los alimentos en las diferentes superficies de contacto con los alimentos. En las condiciones que hemos realizado nuestros ensayos, hemos observado que las superficies de vidrio REFERENCIAS • Irati Martinez-Malaxetxebarria, Cecilia Girbau, Adrián Salazar-Sánchez, Itsaso Baztarrika, Ilargi Martínez-Ballesteros, Lorena Laorden, Rodrigo Alonso y Aurora Fernández-Astorga. • Genetic characterization and biofilm formation of potentially pathogenic foodborne Arcobacter isolates. International Journal of Food Microbiology. DOI: 10.1016/j.ijfoodmicro.2022.109712 Los resultados confirman la formación de biopelículas por parte de las bacterias Arcobacter transmitidas por los alimentos en las diferentes superficies de contacto con los alimentos (stanga/123rf). favorecen la supervivencia y el crecimiento de la bacteria”, comenta la investigadora de la UPV/EHU. Según Irati Martinez, “es la primera vez que se informa de la presencia de especies de Arcobacter en el queso fresco de Burgos y zanahorias. Además, señalamos a los mariscos, especialmente a los calamares, como una fuente importante de arcobacterias adherentes. Estos hallazgos deben ser considerados por sus posibles implicaciones en seguridad alimentaria, ya que el queso de Burgos es un producto listo para el consumo, y las zanahorias y el marisco se consumen frecuentemente poco cocinados o crudos”.n

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