SEGURIDAD ALIMENTARIA 44 mediante la innovación en un sector tan importante como es el agrícola como un paso más hacia una producción de alimentos más sostenible medioam- bientalmente en el entorno de la UE. Asimismo, desarrollar nuevas posibilidades de negocio y de generación de sustancias, materiales y productos innovadores a partir de desechos o subproductos, generando un valor añadido tanto para los agricultores como para las industrias de procesado de alimentos contribuirá a la sostenibilidad económica del sector. En el caso del desperdicio alimentario es donde el proyecto europeo Agrimax, en el que participan 29 instituciones y empresas de 12 países, pretende aportar su grano de arena y ayudar a minimizar esta problemática, a la vez que generar oportunidades de negocio aprovechando los residuos generados tanto en la agricultura como en la industria agroalimentaria. Generar valor añadido para los subproductos y deshechos del tomate, cereales y olivo Los productos en los que se centra el proyecto Agrimax son representativos de la agricultura de la UE, pues ésta es la mayor productora mundial de trigo (156 millones de TM), avena (7 millones de TM), aceite de oliva (1,6 millones de TM y en la que España e Italia tienen un papel predominante) y una reconocida zona productora de hortalizas (10,3 millones de toneladas de tomates en 2018 principalmente de Italia y España) y de patatas, en la que destaca Alemania. Con respecto a los desechos generados durante el procesado, cada año en la UE se producen alrede- dor de 65.000 toneladas de proteína a partir del jugo de vegetales y 140.000 toneladas de pulpa seca de patata procedente de la extracción de almidón, unas 200.000 toneladas de residuos sólidos de tomate (cáscaras y semillas) y unos 7 millones de toneladas de planta de tomate. El procesado de 1 tonelada de aceitunas genera aprox. 800 kg de orujo con una elevada fracción de fibra. En cuanto a los cereales, aproximadamente un 35% de la producción total se pierde o desperdicia dando como resultado más de 140 millones de toneladas de biomasa, mientras que, por ejemplo, el subproducto de la avena tiene una composición relativamente alta en celulosa (41%). En muchos casos, estos subproductos se destinan a la alimentación animal sin ningún tratamiento adicio- nal, como material orgánico para compostaje, como fertilizante vegetal, como material de entrada en procesos de combustión o incineración para obtener energía o, si no se encuentra una aplicación viable, son depositados en vertederos. Son aplicaciones que no generan valor ni para los agricultores ni para la industria, siendo solamente formas de reducir los costes de eliminación, a pesar de que todavía contie- Figura 2. Residuos agrícolas y de procesado de alimentos seleccionados en el proyecto Agrimax, origen de las materias primas, estacionalidad, socios del proyecto, y países con biorrefinerías planificadas (naranja) y existentes (rojo).