Los ciclos de secado se hacen más y más sofisticados, tratando de encontrar el equilibrio adecuado entre temperatura, humedad y tiempo para conseguir la más alta calidad. El elemento que marca la diferencia a la hora de conseguir dicho balance es el manejo del aire en estas fases cruciales de fabricación; de su distribución más o menos eficaz y homogénea depende la duración del proceso y una parte importante de su coste de operación, así como la vida útil del producto terminado. Podemos decir que la viabilidad comercial de la sofisticada producción industrial de pasta actualmente está muy condicionada por los ventiladores involucrados en el proceso 18 TRIBUNA DE OPINIÓN Durante estas etapas se manejan temperaturas que pueden superar los 100 °C y humedades hasta del 100%; el motivo del incremento de las temperaturas tiene que ver con la reducción de los tiempos de secado, desde las más de 20 horas en los ini- cios de la automatización industrial hasta las 5 horas alcanzables actualmente. Una línea de secado de pasta industrial implica, hoy en día, de 40 a 160 ventiladores. Los requisitos para estos equipos implican elevadas prestaciones en términos de caudal, presión, potencia, resistencia a aquellas condiciones ambientales tan adversas de temperatura y humedad, ciclos continuos de trabajo y alta fiabili- dad. Son imprescindibles sistemas muy especializados, materiales y diseños capaces de cumplir con las más altas exigencias de higiene y seguridad, además de ser enormemente eficaces y resilientes desde el punto de vista aerodinámico. Aspectos en principio tan controvertidos como la creación de vórtices complementarios de distribución de aire a través de parejas de ventiladores contra- rotativos son no sólo bien aceptados sino muy valorados por los principales fabricantes mundiales debido al incremento de homo- geneidad en el secado de la pasta.