informar a sus usuarios y a la Agencia de Protección de Datos de que han sufrido un episodio que compromete la seguridad de los datos almacenados y, aún más importante, esta comunicación debe hacerse en un plazo máximo de 72 horas. El sector alimentario debe enfrentarse ahora a este nuevo reto tecnológico, que plantea una nueva forma de entender el trán- sito de datos y los procesos dentro de las organizaciones. En este sector se atesoran datos personales de empleados, proveedores, ingenieros, datos de usuarios de las plataformas de e-commerce de las compañías... etc. Estos datos deberán estar adecuadamente enmascarados y encriptados, entre otros. El cumplimiento de todos los requisitos que exige la aplicación de la ley GDPR implicará que las empresas cumplan la normativa para evitar las sanciones (con multas de hasta el 4% del volumen de facturación anual con un tope de 20 millones de euros), pero además supone una gran oportuni- dad para que el sector apueste de nitivamente por reinventarse en un entorno digital tan cambiante. En de nitiva, si las empresas de la industria alimenticia quieren mantenerse y que el sector se consolide como potencia económica en esta nueva era que vivimos, deben apostar por una transforma- ción digital completa. La reinvención de sus procesos les permitirá no solo ser competitivas, rentables sino también la capacidad de adaptarse fácilmente a los cambios tecnológicos que vayan sur- giendo, como la ley GDPR que ahora les afecta, y prepararse aún mejor para los retos digitales que les depare el futuro.• 125