24 ENTREVISTA gias verán que es más fácil enfrentarse a cómo selec- cionar los productos porque el reglamento pone en marcha un sistema que refuerza la indicación presencia de alérgenos ye esto para una población que estaá es- pecialmente concienciada en evitar un determinado in- grediente u otro le va a facilitar la tarea. ¿Cuáles son los aspectos clave para las empresas que envasarán? El reglamento contiene 54 artículos y más de 20 están centrados en regular cómo vamos a dar la información nutricional. No es baladí porque el reglamento es muy formalista. A la hora de adaptarse, no solamente se trata de que aquella empresa que antes no incorporaba información nutricional deba hacerlo, sino que empre- sas que ya lo hacían de acuerdo a la ley anterior, deben adaptarse a un nuevo formato. Y esta adaptación supondrá un coste a las empre- sas, ¿verdad? Sí, evidentemente. Deberán reetiquetar sino todos sus productos, el 90% por lo menos. Pero habrá un margen de maniobra... La norma permite unos plazos de aplicación y, desde luego, los productos etiquetados conforme a la legali- dad vigente antes de la fecha de aplicación del regla- mento se podrán seguir vendiendo hasta que se agoten las existencias. Lo que ocurre es que llegará un mo- mento en el que habrá que adaptarse porque las nor- mas están hechas para ello. De hecho, el reglamento envase monodisis de mantequilla de un hotel? No, pero partimos de la base de que ese envase no debe llevar toda la información del nuevo reglamento.. Una monodosis de mantequilla o de crema de cacao se vende normalmente en un envase con 50 monodosis, que es el que contendrá toda la información. El regla- mento afecta a todo aquello que nosotros como consu- midores adquirimos en una empresa de distribución o supermercado. Aparte de la información nutricional, ¿qué otros as- pectos incluye? La información sobre alérgenos. Aunque la novedad el reglamento en sí es la información nutricional y la siste- matización de la información. ¿Por qué no se incluirán en la nueva ley los ácidos grasos trans? Es un tema complejo. Por ejemplo, en Estados Unidos sí es obligatorio incluirlos porque allí el nivel de consumo de comida basura con altos contenidos de grasas trans es muy alto y, por tanto, hay que alertar a la población. ¿Y no sería conveniente contar con esa información aquí, en la Unión Europea? La UE entiende que a un consumidor medio —no aquél muy concienciado con el consumo de productos saluda- bles— cuando le hablas de ácidos grasos trans no tiene conocimiento exacto de qué se trata y lo que hace la in- dicación es crear una alerta en la población que hace que no se fije en el resto de información. Hasta ahora cogías dos productos diferentes y cos- taba interpretar las diferencias... Efectivamente, pero ahora el consumidor de primeras no lo verá pero en la práctica sí tendrá un impacto im- portante. ¿Supone algo más? Sí. Los consumidores que tengan intolerancias o aler- permite adaptarte ahora a unos primeros temas como, por ejemplo, los alérgenos o la disposición de informa- ción. Sin embargo, para determinados aspectos del eti- quetado nutricional, hay margen hasta 2016. De todas maneras, sería más costoso hacerlo en dos veces, por eso las empresas se adaptan de una sola vez. ¿Y ya cabrá tanta información en, por ejemplo, un panorama