INDUSTRIA ALIMENTARIA Respecto a si se ha ayudado a las empresas para ganar sostenibilidad, desde el Departamento de Medio Ambiente, Planificación Territorial, Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco, se han planteado políticas de cre- cimiento sostenible como medio eficaz de asegurar una continuidad de la actividad y desarrollo de los seres humanos. Estas políticas se han plasmado tanto en la actualización de la legislación como en el desarrollo de programas de actuación ambiental. Así, a nivel autonó- mico se ha establecido la ‘Estrategia Ambiental Vasca de Desarrollo Sostenible (2002-2020)’, que encamina toda la política ambiental del País Vasco hacia el desa- rrollo sostenible, apoyando al mismo tiempo la I+D agroalimentaria a través de convenios marco ambienta- les. Desde Azti-Tecnalia, por ejemplo, en octubre de 2009 organizamos el ‘I Foro de sostenibilidad en la industria alimentaria’ en el Palacio Euskalduna, cuyo objetivo era dotar a los participantes de nuevas herra- mientas que les ayuden a implantar mejoras ambienta- les en sus empresas o centros productivos con el fin de identificar dónde focalizar los esfuerzos ambientales para obtener una ventaja competitiva. ¿Cómo se está adaptando nuestra industria alimentaria a la nueva política europea sobre producción y consumo sostenible? Si bien es cierto que inicialmente ha existido cierto escepticismo, es verdad que este período de crisis ha ayudado a la industria agroalimentaria a ver en la sos- tenibilidad un foco de rentabilidad, ya que tanto la sos- tenibilidad, como la innovación y el ahorro de costes van de la mano. Asimismo, la industria alimentaria está advirtiendo cada vez mas la posibilidad de obtener beneficio adicional de sus acciones a favor de la soste- nibilidad, utilizando este concepto como un nuevo argumento de venta, tanto en publicidad como en los propios productos. Esta situación se está produciendo también en otros sectores que producen bienes para el gran público. “Hasta hace bien poco ha sido una creencia extendida en el sector alimentario que el cuidado del medio ambiente, el ahorro económico y la rentabilidad eran incompatibles” A la hora de hablar de sostenibilidad dos fac- tores fundamentales a analizar son el cómo se produce y cómo se tratan los residuos genera- dos. ¿En qué punto nos encontramos? Hasta hace bien poco ha sido una creencia extendida en el sector alimentario que el cuidado del medio ambien- te, el ahorro económico y la rentabilidad eran incompa- tibles. Esta opinión se debe principalmente a que las empresas han tratado tradicionalmente de solucionar sus problemas ambientales mediante tecnologías ‘al final del tubo’, suponiendo en ocasiones un coste muy elevado y no alcanzando la efectividad deseada y exigi- da. No obstante, la industria alimentaria va tomando cada vez mayor consciencia de que las empresas que mejor utilicen los recursos naturales utilizados tendrán a su favor un factor de supervivencia importante. Todo ello, unido a las nuevas normativas ambientales cada vez más exigentes y a los requisitos ambientales impuestos por el mercado, ha propiciado que la indus- tria alimentaria empiece a ver que sus residuos son una ineficiencia de su proceso que es posible reducir; así como a considerar dichos residuos como subproductos y que no necesariamente hay que pagar por su elimina- ción, ya que es posible darles algún tipo de utilidad, ya sea en el propio proceso como en otros ajenos. ¿Puede ponernos algún ejemplo de empresas de la industria agroalimentaria española que hayan llevado a cabo procesos innovadores a la hora de producir o de tratar sus deshechos? Azti-Tecnalia ha implantado más de 60 proyectos de mejora económico-ambiental en industrias alimentarias a nivel autonómico, estatal e internacional. Muchos de esos proyectos están encaminados a reducir los residuos en origen, además de a encontrar una valorización eco- nómica de los mismos. Por citar algún ejemplo de una de las empresas que participaron en el Foro de Sostenibili- dad de la Industria Agroalimentaria que organizamos en octubre del año pasado, el grupo Pepsico ha estado tra- bajando en la obtención de almidón a partir de sus resi- duos de cáscara de naranja, obteniendo resultados muy interesantes. Y como ellos, otras muchas empresas con las que estamos actualmente trabajando e investigando para desarrollar un proceso productivo más sostenible. Precisamente la industria alimentaria se carac- teriza porque la mayor parte de sus emisiones son de naturaleza orgánica biodegradable, generada durante la transformación de la mate- ria prima. ¿Qué particularidades podemos encontrar que la distingue de otras industrias? La industria alimentaria es una gran consumidora de agua, recurso natural considerado escaso hoy en día, y, por tanto, generadora de grandes volúmenes de vertido cuya gestión supone un coste en ocasiones muy elevado. De ahí la importancia de la optimización de los procesos productivos focalizando los esfuerzos en minimizar los consumos en origen e investigando en nuevas tecnologí- as para la reutilización de las aguas de proceso. Hay que tener en cuenta que, como he apuntado de forma superficial anteriormente, los mal llamados ‘resi- duos alimentarios’ son fracciones vegetales o animales con alto valor nutritivo y funcional, y al contrario de la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos, tienen una ausencia casi total de contaminantes e impurezas. Son excelentes materias primas consideradas renovables para el propio sector de alimentación humana, alimenta- ción animal, energético, farmacéutico o cosmético. Como particularidad a superar, la generación de subproductos |49