46 ENTREVISTA AF36 Tal vez la fachada ligera se debe ‘re-tradicionalizar’, porque los materiales que llamábamos hasta ahora tradicionales ya están haciendo su propio recorrido evolutivo. La madera actual no tiene nada que ver con lo que se hacía hace 30 años. Cuesta mucho garantizar el éxito en algunas interaccio- nes entre nuevos materiales y además, hay que recono- cerlo, hay poca valentía actualmente en el sector. Hay muchas normativas en circulación y una gran presión sobre la responsabilidad civil de los técnicos que par- ticipan en los proyectos. Cuesta mucho actualmente dar un paso solitario adelante, antes de hacerlo hay que estar muy seguro de ello. Pero es algo que llegará, en cuanto alguien tenga la valentía de asumir el riesgo de diseñar alguna solución de este tipo que no genere más problemas que los que pretende resolver. Este sector es tal vez poco valiente, pero debemos reconocer que nos han conducido hacia ello. A los arquitectos son a los primeros que les ponen muchas trabas para poder realizar diseños arriesgados y atrevidos. No se puede incorporar nada que no tenga marcado CE y si se carece de él, hay que hacer un en- sayo, solicitar un DITE... Pero es cierto que son grandes profesionales y van encontrando formulas para poder realizar sus diseños. El mercado europeo es muy garantista. En unas jornadas sobre peritaje donde tuve la oportunidad de participar recientemente, pronuncié una ponen- cia en la que proponía que el CTE se aplicara en un 99% de las edificaciones del parque público, que no se aplicara “estrictamente” a las construcciones temporales, y que se dejara una parte libre de apli- cación para la necesaria experimentación. Hay edi- ficios singulares que podrían ser la Fórmula 1 de la construcción, la punta de la técnica, y donde se po- drían asumir ciertos riesgos. Necesitamos tal vez que exista esa F-1 para mejorar los edificios “normales”. Poniendo un símil vinculado al mundo de la salud, el CTE sirve para tratar patologías convencionales, pero si un paciente necesita un tratamiento experi- mental, que se sale de la ruta estricta de la norma, necesitamos tener la libertad para aplicarlo. Es un buen símil y tal vez es el secreto del éxito del sector de la farmacia, que evoluciona porque existe constante- mente una parte experimental. Aparte de la valentía que le hemos recortado a nuestro sector, el estrecho mar- gen comercial que extraemos en cada actividad no nos permite una inversión continuada y potente en I+D. Del mismo modo que llevamos décadas invirtiendo nuestras ganancias en tecnología, aún queda mucho camino por hacer en el ámbito de la investigación. También ello se debe a que en este sector existen aun muchas empresas que no tienen un gran potencial, al contrario que en el farmacéutico, compuesto solo por grandes empresas. Partimos tal vez de un error conceptual de empresa y de sector. Las innovaciones nos deben llevar hacia delante, pero el progreso está siendo tal vez lento. Detalle de la fachada lateral. Otro tema del que nos gustaría hablar es el enve- jecimiento de las fachadas ligeras, que parecen durar mucho menos de las que se hacían antes. Según una tesis del arquitecto y profesor Pablo Garrido, colaborador de nuestra publicación, las fachadas ligeras fabricadas hace 30 o 50 años será necesario cambiarlas por completo. Esto también atañe al mantenimiento. ¿Se ha inno- vado en las técnicas de mantenimiento de la fa- chada ligera, o seguimos siendo limpiadores de vidrio colgados en góndolas? Hay que reconocer que no hay grandes empresas de mantenimiento de fachadas ligeras. Hace un tiempo se pretendió establecer el compromiso que a la hora de ejecutar una fachada se firmara un presupuesto adicional para su posterior mantenimiento. Sin em- bargo, pienso que una cosa es el mantenimiento y otra distinta el envejecimiento. Es evidente que estas fachadas con un alto componente metálico envejecen diferente y más rápido que las levantadas con mate- riales tradicionales. También es muy importante desa- rrollar nuevas soluciones constructivas que no tengan un envejecimiento tan prematuro. A veces la solución más duradera es aquella que se centra en conseguir que el recorrido del agua por la fachada, con toda la suciedad que arrastra en su escorrentía, no deje mar- cas que afecten a su aspecto y dé lugar a deposiciones que sean agresivas para los materiales en contacto. En este sentido, adolecemos de una falta de cultura del envejecimiento en este sector. Por ejemplo, en lo que respecta a lacados existen ya diferentes tipos de niveles de calidad, pero incluso los técnicos no conocen a fondo ese dato y aun no exigen el mejor, lo que también incide en el envejecimiento prematuro de la fachada. También falta una cultura de la puesta al día por parte del prescriptor, pero es que el sector inno- va muy rápido. Yo todavía descubro cosas nuevas cada vez que me sumerjo en un nuevo encargo. A mí también me pasa, en mi propio sector. ¡Y llevo más de treinta años! Hay aspectos que no los conoces a fondo a no ser que te los soliciten. Pero el aspecto económico también tiene un gran peso y en ocasiones el arquitecto no asume riesgos porque el presupuesto por metro cua- drado que tiene para un edificio le limita mucho.