48 ENTREVISTA AF34 De izquierda a derecha, Lluís Pinardel, director general de Ecocerámica Piera y de Flexbrick, Vicenç Sarrablo, profesor de la ETSARQ de la UIC, y Joan-Lluís Zamora, director de AFL. Foto: AFL. ¿Cómo surgió la idea de Flexbrick, cuáles fueron los antecedentes que llevaron a crear esta solución? Vicenç Sarrablo- La idea surgió tras un viaje que hice a Montevideo, porque quería conocer la obra de Eladio Dieste, el ingeniero civil uruguayo, reconocido por el uso de la cerámica armada en las bóvedas. En aquellos momentos yo estaba fascinado por las bóvedas del Vapor Aymeric, Amat i Jover, en Terrassa (Barcelona), del arquitecto Lluís Muncunill, que actualmente acoge la sede principal del Museu de la Ciència i de la Tècni- ca de Catalunya (MNATEC). Se trataba de una bóveda cerámica campaneiforme y busqué el conocimiento para desarrollar este tipo de techos. Mi tesis doctoral iba a tratar sobre este tema y durante mi investiga- ción vi en un libro de Dieste que, décadas después de la construcción del edificio de Terrassa, alguien había empleado una solución similar pero con luces aun más grandes, de hasta 40 o 50 metros. A través del profesor José Luis González (ETSAB-UPC) conocí a otro arquitecto, Carlos Clemente, que en el co- rredor del río Henares estaba reproduciendo obras que Dieste ya había construido en Uruguay. Él me puso en el camino para visitar al ingeniero uruguayo. Durante la entrevista que tuve con él surgió la imagen de una obra, donde se intuía el primer paso hacia una prefabricación de las bóvedas de cerámica armada. De aquí partió la idea de mi tesis, cómo industrializar una tecnología con la que Dieste había elaborado un repertorio formal increíble. Para trasladar esta idea a Europa era necesario in- dustrializarla y superar la colocación ladrillo a la- drillo. Empezamos a pensar en un producto que ya incluyera las armaduras y ladrillos necesarios para obtener una bóveda armada y que además fuera lo suficientemente flexible para que pudiera adaptarse a cualquier forma compleja de encofrado. La idea estaba claramente planteada, pero nos fal- taba encontrar los industriales que creyeran en el proyecto y aquí aparecieron Piera Ecocerámica y Cerámica Malpesa. Gracias a ellos emprendimos pro- yectos de investigación y desarrollo importantes, con la ayuda de fondos catalanes, españoles y europeos. En un principio empezamos trabajando solo con bó- vedas. En 2007, en un estand que diseñamos para el salón ferial Construmat, nos dimos cuenta que de- bíamos evolucionar hacia un sistema constructivo totalmente en seco, porque el mercado para hacer bó- vedas tabicadas es actualmente reducido, pero que la aplicación como pantalla o celosía, especialmente en fachadas, tenía muchas más posibilidades de futuro. Lluís, ¿cuándo decidisteis participar en el proyecto? Lluís Pinardel- Desde el punto de vista industrial, la idea nos parecía muy buena, pero debíamos encon- trar una vía para su rentabilidad. Hacer bóvedas era un objetivo muy bonito, pero durante el desarrollo encontramos que el sistema, aunque con muchas posibilidades técnicas, todavía tenía algunas caren- cias por resolver. En ese Construmat al que se refería Vicenç ofrecimos varias soluciones diversas con el producto, como pérgolas o pavimentos. Algunos vi- sitantes nos sugirieron incluso otros usos, lo que nos abrió un horizonte nuevo de perspectivas. VS- En Construmat, solo disponíamos de cinco días previos para montar las soluciones a exponer, por lo que no había posibilidad de aplicar hormigón o mortero fresco alguno. Así, dejamos el sistema “en seco” para que los visitantes pudieran imaginar sus diversas posibilidades. Fue un claro caso de ‘seren- dipia’, cuando se llega a un hallazgo valioso por ca- sualidad. A partir de aquel momento empezamos a Flexbrick combina la tradición cerámica con la fleixbilidad que le otorga ser un siistema industrializado y para construcción en seco. Foto AFL.