Las compañías aéreas deben adaptarse a la nueva realidad post COVID-19. COYUNTURA La crisis de la COVID-19 deja el sector aéreo con turbulencias hasta el 2024 12 La pandemia ha vaciado los aeropuertos, frenado los planes de negocio de todo el sector aéreo y ha dejado en tierra a la mayoría de aeronaves. Pueden pasar años hasta que vuelvan a verse aeropuertos concurridos, debido a un mayor control sanitario, menor frecuencias de vuelos, se realicen distancias más cortas... Estas son algunas de las conclusiones del estudio ‘An early assessment of the impact of COVID-19 on air transport: Just another crisis or the end of aviation as we know it?’, publicado en el Journal of Transport Geography, y en el cual han colaborado la Universidad de Edimburgo y la Universidad de Cranfield. Pere Suau, investigador del grupo Sustainability and Management Research Group (SUMA) y profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC Pese a que la desescalada ya llega a un amplio abanico de sectores de la economía, el aéreo no es uno de ellos. Este verano no se repetirán las imágenes de maletas llenas rodando por los aeropuer- tos en busca de vacaciones. La COVID-19 dejará la industria del aire con turbulencias durante varios años y el sector no prevé que se recuperen los niveles de tráfico del año 2019 hasta el 2023 o el 2024. La actual pandemia ha provocado una crisis sin pre- cedentes en el sector aéreo. Antes del coronavirus, una de las dificultades más importantes que tuvo que afrontar por razones sanitarias fue la crisis del SARS, en 2003, que hizo caer el 35% de los pasajeros en Asia y en el Pacífico. En los inicios de la crisis de la COVID-19, la caída de ingresos fue del 98%. El virus ha vaciado los aeropuertos y las ofertas a pre- cio de saldo pueden ser una de las estrategias que pueden utilizar las aerolíneas para volver a llenarlos. Históricamente, después de las crisis, las compañías aéreas han intentado estimular la demanda con pre- cios más bajos. Hoy por hoy, parece que también podría ser así, aunque con costes adicionales relacio- nados con la seguridad sanitaria en los aeropuertos. Las compañías deberán ajustarse el cinturón para vivir durante los próximos años con unos volúmenes de pasajeros muy inferiores a los que había antes de la crisis, aunque esto no se traducirá en un encareci- miento de los billetes para el consumidor. Incluso, en rutas concretas existirán menos competidores durante la recuperación y también podría ser que los precios se incrementarán, pero globalmente se cree que los precios se mantendrán o bajarán ligeramente. No todos los modelos de aerolínea, ni todos los mer- cados, sufrirán de la misma forma los efectos de esta crisis. Las aerolíneas deberán adaptar sus modelos de negocio a unos ritmos y unas frecuencias de viaje más bajos, y las firmas especializadas en el bajo coste se recuperarán más rápidamente que las que ofrecen un abanico más amplio de servicios. Como en toda rece- sión, algunos de los nombres que hasta hace poco aparecían en el panel de llegadas y salidas de los aero- puertos ya no estarán. Algunas de las que han parado su actividad son, por ejemplo, Flybe (Reino Unido),