EN PROFUNDIDAD 42 colectivo de mayor rango donde se abordan cuestiones de interés. Una vez allí, trabajando en temas de apoyo al sector, no podemos estar beneficiándonos sin aportar nada. Es importantísimo perte- necer a CEMA porque es parte del sector y te ves representado, porque es un punto de enlace con las empresas importadoras. En definitiva, Ansemat promociona a sus fabricantes a nivel europeo y tiene un medio de comunicación entre los importadores y las fábricas. Desde CEMA podemos tener una visión neutral del sector, aunque también reconozco que es difícil de transmitir a las empre- sas. Nuestros asociados ven muy claras las ventajas de pertenecer a Ansemat, sin embargo, lo de Europa se les queda lejos, sobre todo si tenemos en cuenta que CEMA lleva muchos años muy enfocada al sector de los tractores, porque la legislación europea solo afec- taba a este producto. Esto es algo que yo he transmitido en Europa: para que se puedan incorporar más países, se debe abrir el campo de actividades. Hay empresas que, independientemente de su tamaño, nunca se han visto representadas en CEMA. Precisamente CEMA se ha caracterizado durante años por el control ejercido por los grandes fabricantes de tractores. Ahora, y elegido por unanimidad, está al frente el director de uno de los principales fa- bricantes de implementos. ¿Esto puede ser beneficioso para España, donde tenemos muchos más fabricantes de este tipo de máquinas? Confío que sí, pero de momento no se están viendo cambios. No por- que el presidente no los quiera, sino porque la legislación está como está: tenemos el R167, que se aplica en la homologación de tractores y máquinas remolcadas, pero sigue siendo voluntario hacer la homo- logación europea. Entonces, España ha cambiado la legislación para adaptarse a estos requisitos europeos, pero el resto de países, no. Y los fabricantes no tienen por qué converger hacia la europea. En CEMA tampoco se está hablando de los aspectos en contra que tiene la apli- cación de la legislación europea a las máquinas remolcadas. Entonces, ¿por qué Van der Ley asume la presidencia? Lo veo más relacionado con el escenario de ferias a nivel europeo que con asuntos de legislación o específicamente agrícolas. Desde el primer momento asumió la coordinación del grupo interno encar- gado de cómo cambiar la periodicidad de las ferias. En el VDMA alemán querían que CEMA les diera el visto bueno a su plan. En CEMA estamos viviendo un momento muy delicado. La última reunión de la junta directiva, celebrada en Bolonia, mostró la posición que defiende Italia. Hace diez años, Alemania amenazó con abandonar y se aceptó la inclusión de varias de sus empre- sas en la junta directiva. Y CEMA se está germanizando y se ha orientado demasiado a la agricultura de Centro y Norte de Europa, la del Sur apenas ha tenido consideración. Y la queja que históricamente expresamos España e Italia es que no se habla de maquinaria y fabricantes que están en el Sur, especializados en ciertos tipos de cultivos. De hecho, FederUnacoma tiene en Italia 300 fabricantes, de los que 250 no saben lo que es CEMA. En definitiva, esta situación tiene que cambiar, porque también está cambiando la agricultura. NORMATIVA Empecemos por tractores, ¿qué opinión le merece, ya en perspecti- va, la introducción del Tractor Mother Regulation (TMR) que tanta influencia tuvo en las inscripciones de 2017? El R167 ha sido uno de los grandes fracasos y uno de los grandes errores de la Comisión Europea en los últimos años. Intentaron aunar legislaciones en materia de seguridad vial, seguridad laboral y medio ambiente, y durante el trámite de redacción comprobaron que no era factible. Al final, queda un Reglamento prácticamente igual al anterior (2003/37), con una opción para las máquinas remol- cadas que la gente no utiliza porque tiene la posibilidad de hacer la homologación a escala nacional. Ha sido tan complejo e ineficiente que, una vez que se publicó en 2013, no ha dejado de introducirse modificaciones. Este año ya hemos tenido el TMR2 y en junio habrá otro. Es extremadamente complejo. Y a ello se suman los cambios en la normativa de emisiones, que tiene su calendario paralelo. En definitiva, estos cambios normativos no han sido positivos y esta- mos más o menos en la situación de partida respecto a la seguridad en la maquinaria. Se podría haber hecho de otra manera a partir del marco regulatorio anterior. ¿Qué opiniones están recibiendo de los fabricantes nacionales de re- molques con el cambio de homologación introducido este año? Lo que afecta a remolques y máquinas remolcadas es algo que los propios fabricantes pidieron hace unos años. Cuando desde Ansemat informamos de los cambios que se iban a introducir desde Europa. Sabíamos que los niveles de exigencia en términos de homo- logación son muy diferentes de un país a otro, y concretamente en España eran muy bajos, lo que permitía la presencia de fabricantes de muy diferentes perfiles y productos de calidad limitada. Esos requisitos mínimos son los que se han elevado —sistemas de fre- nado— y nos hemos puesto al nivel de otros países y ya no es tan fácil la llegada de equipos del exterior. Hasta ahí, la teoría está muy bien. El problema surge en su aplicación a nivel nacional, que sur- gen muchas dudas entre proveedores, gestores, laboratorios, etc. Al final, llegamos a diciembre de 2018 con un altísimo número de homologaciones sin hacer, por lo que se pide una ampliación, se concede, pero los fabricantes tienen que adecuarse y estos prime- ros meses de 2019 van a ser horribles porque además de adaptarse a la normativa, los fabricantes tienen que atender una demanda creciente, porque, afortunadamente, la demanda de máquinas está creciendo desde la cosecha de 2018. Observando el Barómetro interno de Ansemat, compruebo que la gente está más preocupada desde el punto de vista de la oferta, es decir, en cómo adaptar la empresa para poder satisfacer la demanda.• 42<<