Agricultura y Ecología Otro asunto de plena actualidad es la responsabili- dad de los profesionales del campoen relación con el cuidado del medio ambiente. Fernando padre se considera “mucho más ecologista que los que dicen que lo son”. Y lo justifica: “¿Quién ha mantenido todo lo que tenemos? ¿Por qué tenemos estos montes, es- tos campos? No hemos acabado con ellos y los hemos cuidado durante siglos con mucho esfuerzo”. Sale al paso de las críticas que reciben los productores desde ciertos ámbitos. “No sé si son ecologistas o un poco egoístas, que lo quieren todo para ellos y no dan un palo al agua. No saben lo que dicen. Porque yo no echo purín para que huela, sino para que ese terreno produzca. Y si no uso purín tengo que emplear abono mineral, que como no huele nadie dice nada, pero que miren si da positivo o no”. Al menos en la zona de actuación de estos agricultores segovianos, “la ganadería es la que está aguantando a la agricultura”, porque “si se acaban las vacas de le- che, ¿a quién voy a vender la veza? Y, si no tenemos cerdos, ¿quién se come la cebada? Y según estamos ahora con el purín, apaga y vámonos”. Fernando Martín Gómez, a los mandos de la cosechadora familiar. PROFESIONALES 104 Su pasión por el campo es una herencia de su padre, que desde pequeño le inculcó la vida en el mundo rural, la importancia de la agricultura y la predisposición para aprender cada día. “Siempre me ha dejado opinar y probar, es decir, si veía que algo se podía cambiar, cultivos, formas de trabajo... me ha dejado hacer pruebas. De hecho, llevamos unos 20 años realizando laboreo de conservación (mínimo laboreo, mal llamado) y creo que el éxito del mismo ha sido la siner- gia entre los dos (momentos de las diferentes labores, cambios de cultivos, maquinaria especializada...), porque al final uno sabe por experiencia y otro por formación, y esto bien combinado da buenos resultados, hasta el punto de haber incrementado la producción un 10-15%”. Con los precios que se están pagando actualmente por los pro- ductos agrícolas, el margen de beneficio se ha reducido de forma notable. “Hace 20 años, mi padre cultivaba unas 200 ha y con ellas, añadiendo trabajos a terceros, pudo darnos estudios a mi hermana (licenciada) y a mí (ingeniero). Hoy, que participo/conozco más los números finales, con esas 200 ha no lo podría hacer, la rentabilidad de la explotación la obtenemos principalmente de los trabajos a ter- ceros que realizamos”. “Mucha gente del campo está harta de oír que los agricultores somos ricos, que trabajamos 4 días”, prosigue Fernando hijo, “pero solo les recordaría que “compramos máquinas que valen más que un piso, que trabajamos todos los días para pagarlas, que nadie nos las regala y sin ellas no podríamos producir”. También sale al paso de quienes dicen que trabajan pocos días: “los cuentahoras de nuestras maquinas nos reflejan que no. ¿Qué agricultor profesional hace menos de 2.000 horas a sus máquinas? 52 semanas por 40 horas/ semanales, son 2.000 horas. por lo que solo con las máquinas en movimiento echamos la jornada oficial”. Y añade: “al campo no solo se va en el tractor; ¿cuántos km caminamos por nuestros campos para ver cómo están, qué necesitan...? ¿Cuántas horas echamos en la nave reparando nuestras máquinas?”. El Campus New Holland le permite tener una visión más panorá- mica del sector agroalimentario español. “Vivimos un momento de profesionalización para los vendedores de maquinaria. Hasta hace unos años, simplemente tenían que ofrecer un producto sencillo (selección de potencia, cabina, con o sin aire acondicionado y poco más). Hoy ha cambiado radicalmente y un buen vendedor de maqui- naria lo último que ha de ser es vendedor. Todo empieza por un buen asesoramiento y, para ello, necesitamos profesionales que no solo sepan vender producto, sino adaptar la oferta a las necesidades del cliente (desde las características de la explotación/cultivos hasta la forma de pago, mantenimiento...)”. Precisamente a raíz del cambio generacional que se está produ- ciendo, Fernando explica cómo desde New Holland apoyan a todos sus concesionarios y clientes, ofreciéndoles una formación perso- nalizada. “Por un lado, a los agricultores con menos conocimientos de las nuevas tecnologías, ayudándoles y enseñándoles a usar las máquinas que les proporcionamos y, por otro, a las nuevas genera- ciones enseñándoles a usar y aprovechar esas nuevas tecnologías en su día a día, como puede ser el caso de los programas de gestión de sus campos (PLM software)”.