El sector porcino español ha experimentado en las últimas décadas un importante proceso de transformación basado en la innovación, la sostenibilidad y el compromiso social. BIENESTAR ANIMAL 86 De esta forma, el bienestar del sector porcino repercute en todos los eslabones de la cadena desde la granja, transporte y sacri cio hasta la industria y comercialización lo que supone, en de nitiva, que cuando consumamos carne de cerdo de capa blanca o sus derivados consumamos productos de máxima calidad, saludables, seguros y producidos con bajo impacto ambiental y atendiendo al bienestar de los animales. No hay zona del mundo donde los animales tengan, por normativa, más espacio, mejores condiciones higiénicas, sanitarias y alimentarias, ni mayores comodidades tanto en las granjas como en el transporte. Apostando por el bienestar animal nuestros ganaderos no sólo han mejorado las instalaciones de las granjas sino el trabajo y la percep- ción social. Un esfuerzo que certi ca que los productos españoles que llegan a cualquier consumidor del mundo son seguros y de cali- dad. Lo que ha motivado el crecimiento de un sector basado en la competitividad y en la calidad. Y es que no sólo hablamos de un sector porcino que cumple con el bienestar animal de los animales sino que cuenta con un sistema de producción puntero también en sanidad animal, alimentación animal y prevención y control integrados de la contaminación y el medio ambiente. Instalaciones para maximizar el bienestar de los animales Uno de los factores de mayor importancia para el bienestar animal depende de unas instalaciones que faciliten la expresión del compor- tamiento de cada animal y que respondan a las necesidades vitales de los mismos. En este sentido, la normativa española contempla una completa regulación que abarca: el tamaño de las explotaciones; el espacio y super cie mínimos obligatorios que deben disponer los cerdos; el diseño de los comederos para entre otras cosas minimizar daños entre animales; los tipos de suelos para que no sean resbala- dizos ni causen daño ni sufrimiento; o las condiciones ambientales (niveles de ruido, temperatura o luz), entre otros. Asimismo, la legislación española establece limitaciones en las dis- tancias entre granjas, entre granjas y casco urbano y entre granjas y vías de comunicación, con el n de prevenir la difusión de enfer- medades, si las hubiera, y contribuir a un mejor reparto rural de las granjas de porcino evitando concentraciones innecesarias de gran- jas en puntos especí cos. Como resultado de todo esto, en los últimos años el sector, entre otras actuaciones, ha disminuido un 30% el uso de agua por kilo de carne, un 22% las emisiones de gases de efecto invernadero o se ha dotado de un 65% más de espacio para las hembras reproductoras de porcino. Si en la actualidad el sector porcino español lleva sus productos a más de 130 países de todo el mundo, se debe al trabajo de sus gana- deros y profesionales, al reconocimiento a la calidad y seguridad de cada uno de los productos que pone sobre la mesa y al valor añadido que le da estar bajo el sistema más garantista del mundo con el bien- estar animal y el medio ambiente.•