Fertilización antes de la siembra. En el caso de la fertilización foliar, se han utilizado dosis de 3,6 y 7,2 litros de biofertilizante por hectárea. Paralelamente se ha realizado un tratamiento control que ha incluido abonos inorgánicos típicos del área de estudio. Cuando el producto se ha añadido en suelo, los microorga- nismos –bacterias y hongos– lo han absorbido rápidamente y han provocado que la absorción por parte de la planta sea muy baja y, en consecuencia, este hecho no tenga ningún efecto beneficioso sobre su nutrición. El abono por vía foliar ha influido positivamente en la absorción de macro y micronutrientes Contrariamente, el abono por vía foliar ha influido positivamente en la absorción de macro y micronutrientes por la planta. Esto, como apuntan los científicos, puede deberse a dos causas. Por un lado, las hojas están cubiertas por una cutícula alta- mente permeable a moléculas orgánicas, que favorecen la entrada de iones unidos a estas moléculas dentro de la célula vegetal. Por otra parte, la aplicación foliar del biofertilizante permite la penetración directa de sus compuestos químicos a través de estomas o poros presentes en la epidermis de la hoja. “Esto influye positivamente en la nutrición de macro y micronu- trientes en la planta y, en consecuencia, en la producción y calidad del grano obtenido”, indica el investigador. Este trabajo, financiado por la Consejería de Economía y Conocimiento de la Junta de Andalucía y el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, contempla estudios posteriores que permitan establecer un protocolo que indique las dosis concretas a partir de la cual debe emplearse el bio- fertilizante para obtener su máximo rendimiento. “Asimismo, contemplamos seguir investigando su uso con otro tipo de cultivos”, concluye Manuel Tejada.• 76 Mazorcas de maíz. Foto: Fundación Descubre.