La compañía exporta desde hace más de un cuarto de siglo, siendo actualmente la exportación un 65-70% del total de la facturación de la compañía. “En los inicios trabajabas más o menos en el exterior dependiendo de la demanda del mer- cado interno. Eso ahora resulta impensable. Actualmente cualquier país lo tratamos igual que si fuera España. En estos momentos contamos con un departamento de exportación que duplica en recursos humanos al nacional”. Una ingeniería perfectamente engrasada “Cuando pensamos en una nueva máquina o en la adaptación de un equipo a una nueva necesidad, la velocidad de desa- rrollo es esencial. El motivo es que con poca competencia no te puedes permitir el lujo de dar excesivas pistas a tus competidores. El paso del remolque de paca pequeña al de paca grande fue motivado por una exigencia del mercado, al igual que el paso del remolque mecánico al electrónico. Posteriormente y a principios de la pasada década, apare- ció de nuevo la necesidad de trabajar con pacas pequeñas. Fue en ese momento donde Arcusin pensó en una solución combinada: desarrollar una máquina que nos dejase prepa- radas catorce pacas pequeñas agrupadas y atadas, como si fuese una grande. Todo el desarrollo fue prácticamente de una campaña para otra. Nuestro departamento de ingeniería diseña la máquina, el prototipo se desarrolla en nuestras instalaciones y tras realizar unas primeras pruebas saltamos directamente al campo donde trabajamos con clientes de confianza que nos indicarán qué mejoras podemos añadir y también las posibles deficiencias del equipo. El objetivo es que la máquina sea 100% fiable cuando salga a la venta”, explica Josep Ramon Pons, auténtico alma mater junto a Manuel Cusiné de la historia reciente de la compañía. “Las ideas y el enfoque te lo ofrece el propio mercado. Mientras que en España estábamos acostumbrados a máqui- nas grandes que como más pudiesen apilar mejor, debido a que las pacas pasan mucho tiempo en el campo, en otras zonas, como los Países Árabes, la realidad es totalmente la contraria: debido a la rapidez con la que se seca el producto, se limpia rápidamente el campo, dejando las pacas a pie de campo para que puedan ser recogidas rápidamente, por lo que no necesitan apilar. No puedes dudar, tienes que innovar adaptando tus equipos a estas necesidades específicas”. Arcusin ha estado haciendo demostraciones hace muy pocas semanas en Brasil, donde ha podido mostrar la adaptación de sus equipos a la caña de azúcar. “El problema con este cultivo es que tienes dos o tres cortes al año y está acaballonado, siendo muy importante que las máquinas no pisen la parte inferior de la planta porque es la que debe volver a crecer. En Arcusin hemos hecho las modificaciones necesarias para que la máquina trabaje respetando esas condiciones. Y eso siempre lo conseguimos a partir de un contacto directo con el agricultor y el feedback que ofrece pisar el terreno”. El mundo de la biomasa con los subproductos agrícolas está en plena expansión y Arcusin espera poder continuar aportando su experiencia y servicio en la parte logística de su proceso. Mundo empresarial 19