Viticultura Salvar la vid del cambio climático El departamento de Biología Ambiental de la Universidad de Navarra ha recibido 193.000 euros del Ministerio de Economía y Competitividad (MINECO) –con la participación de la Plataforma Tecnológica del Vino (PTV) – para luchar contra los efectos del cambio climático en uno de los cultivos más extendidos del planeta: la vid. En la actualidad, el departamento de Biología Ambiental de la Universidad de Navarra –que trabaja en el efecto del cambio climático en las plantas desde 1995– se centra en la influencia del aumento de la temperatura y el CO2 en la varie- dad de uva tempranillo. “Hemos elegido el tempranillo porque posee muchas variantes genéticas, que llamamos clones, de ciclo corto y de ciclo largo. Probamos diferentes clones de ciclo largo porque el cambio climático acorta el periodo de maduración de la uva”, explica su responsable, el profesor Juan José Irigoyen. “Recurrir a una variante de estas características puede permitir mantener los estándares de maduración equilibrada de la uva en unas condiciones adversas que, de media, hemos establecido en un aumento de la temperatura de 4o y un índice de CO2 casi el doble al actual, pasando de 400 PPM a 700 PPM”, señala. “Con la temperatura y el valor de CO2 actuales, se percibe un equilibrio entre el grado alcohólico y el color de la uva. Los valores de color pueden descender entre un 15 y un 30% si la temperatura aumenta esos 4 °C. Debido al aumento de la 68 temperatura, aumenta el grado de alcohol en torno a unos 2 o 3 grados y pesa más este grado alcohólico sobre el color. La hipótesis de trabajo es que a pesar del aumento de temperatura y CO2, con la utilización de clones de tempranillo de ciclo largo obtendríamos uvas con un grado alcohólico y color equilibrados, tal y como ocurre en las condiciones actuales”. El efecto del aumento de la temperatura es palpable, y ha hecho que las vendimias, que se realizaban a finales de septiembre o comienzos de octubre, se estén efectuando en la actualidad con algunas semanas de antelación. El aumentado del CO2 tam- bién podría estar implicado en este adelanto, aunque, según el experto, no se ha constatado: “En los últimos 50 años el CO2 ha crecido exponencialmente, pero seguimos sin conocer el efecto de ambos factores por separado y combinados en el desarrollo de la vid. Ese es nuestro objetivo en los inverna- deros cámara y los invernaderos de gradiente térmico, donde analizamos el comportamiento de cinco clones de tempranillo con un aumento de 4 grados, tanto de día como de noche”, añade el investigador principal del proyecto.