Forestal industria, tanto de primera como de segunda transformación, sin olvidar el mercado de la biomasa. Se han de diversificar rentas, y entre más salidas tengan nuestros productos mucho mejor. Necesitamos, en definitiva, que nos ayuden a gestionar nuestros montes. La mayor catástrofe que puede ocurrir es que el monte se abandone a su destino. ¿Qué ejemplos de gestión eficiente tenemos en nuestro entorno más cercano? Existen países donde la madera está mucho mejor valorada en los mercados y también por la propia sociedad. Aquí tam- bién nos encontramos con errores de concepto. Parece que sea malo consumir papel o comprar muebles de madera porque así contribuimos a la deforestación. Esa idea, que ha calado en la sociedad, nos ha hecho muchísimo daño. El ejemplo lo tenemos en los países nórdicos, que gracias a un gran con- sumo de productos forestales maderables cuentan con unos bosques perfectamente gestionados y donde no se habla de deforestación. Desde la COSE siempre promovemos una gestión forestal sostenible, es decir, cortamos madera y a continuación volvemos a plantar. Deseamos transmitir a la sociedad que para el medio ambiente es muy bueno porque rejuvenecemos las masas forestales, y un bosque cuando está creciendo es cuando fija más CO2. ¿Qué le pedirían al gobierno que salga de las urnas del 26-J en materia de política forestal? A través de nuestra interlocución intensa con las Administraciones Públicas pedimos que nos ayuden a gestionar, porque el sector forestal puede dar muchísimo. Continuamente estamos plan- teando tres vías: 1) Asegurar la cofinanciación necesaria para las medidas forestales dentro de la PAC en el periodo 2014-2020. 2) Una fiscalidad incentivadora de la gestión forestal sostenible, 56 siempre que se tenga un plan de gestión aprobado por parte de la Administración competente. Hemos cuantificado como esta medida estimuladora sería vital para revitalizar el sector, y en este sentido una de nuestras propuesta es conseguir una bonificación del 30%, a deducir directamente del IRPF (persona física) o del impuesto de sociedad (empresa), de la inversión realizada. Esto no solo beneficia al propietario, sino también a la Administración, ya que ese descuento se retorna con creces a través de las nuevas cuotas a la Seguridad Social por tratarse de una actividad muy intensiva en mano de obra. Durante la nego- ciación de la Ley de Montes tuvimos al Ministerio de Agricultura de nuestro lado, pero finalmente no pasó el filtro inexorable del Ministerio de Hacienda. 3) Y finalmente otra línea es el apoyo al desarrollo del destino energético de la biomasa, ya que es una de las energías más económicas y que más aporta a la sociedad a nivel de medio ambiente y de desarrollo rural. En este sentido hemos contado con muy poco apoyo político. Otras de nuestras reivindicaciones es que las leyes otorguen a los silvicultores un trato similar al que tienen los agricultores. Para ello estamos trabajando en la propuesta de 'Estatus del Selvicultor activo': en el caso de la agricultura y de la ganade- ría, la normativa en vigor y la sociedad reconocen una serie de beneficios para las personas que cumplen los requisitos que los definen como Agricultores a Título Principal (ATP) con el fin de fomentar la viabilidad de las explotaciones, el desarrollo rural y el aprovechamiento de los terrenos. En el caso forestal sin embargo no existe esa figura, ni siquiera la de explotación forestal. ¿Qué proyectos tienen actualmente en marcha desde COSE? Efectivamente, además de actuar como lobby para defen- der y dar voz a los intereses de los propietarios forestales, desarrollamos proyectos enfocados en ayudar a que puedan una correcta gestión de sus montes. Actualmente estamos llevando a cabo el proyecto 'Micoplus', que persigue evitar daños ambientales y ecológicos, mejorar las condiciones de higiene, aumentar la seguridad alimentaria y garantizar la sostenibilidad y trazabilidad del producto mediante la for- mación e información específica en zonas de alta demanda y presión recreativa; obtener modelos de actividad local sostenibles mediante el desarrollo de sistemas de permisos de recolección expedidos por propietarios privados o por titulares de explotación o unidades de gestión micológica y si es posible vincularlos a puntos de venta autorizados; y favorecer la trasparencia en las transacciones comerciales y el mercado de los hongos silvestres mediante la difusión del contrato tipo de hongos silvestres para potenciar su uso a través de diferentes medios. Resulta vital que los recolectores, que en muchas casos están invadiendo una propiedad privada, sigan unas buenas prácti- cas y eviten dejar residuos, ya que los gastos asociados han de ser asumidos por un propietario que no obtiene ningún tipo de beneficio de una actividad económica sumergida. En épocas de recolección se invade el monte sin ningún tipo de cuidado y se genera muchísimo daño medioambiental, sobre