99 INVESTIGACIÓN En las instalaciones de Viator se reciben un gran número de visitas internacionales, ábidas por conocer todos los modelos de invernadero y la última tecnología de la hor- ticultura intensiva almeriense, pero también es un impor- tante centro de formación. Por ello se ha construido un edificio, inaugurado a finales de 2013, para realizar sesio- nes formativas a los profesionales del sector. Cuenta con un área diáfana, divisible en varios espacios equipados con la última tecnnología, que las empresas utilizan tam- bién para presentar los resultados de los productos em- pleados en los ensayos del Centro. El edificio también dispone de un pequeño laboratorio para la realización de ensayos preliminares básicos. Un centro de vanguardia que engloba toda la cadena de producción A pocos kilómetros del Centro Experimental se encuentra el Centro Tecnológico de la Fundación, el lugar donde co- menzó todo en 2009. La sede, situada en el Parque Tec- nológico de Almería, acoge las instalaciones donde se desarrollan los proyectos en el ámbito de la poscosecha. En la parte inferior del edificio nos encontramos con dos plantas piloto dedicadas a la IV Gama y la robótica agroa- limentaria. “Las empresas productoras que quieran aden- trarse en el campo de IV Gama y que por temas económicos no puedan sufragarse una línea completa en sus instalaciones, pueden realizar aquí pruebas de simu- lación reales. La línea comienza con el producto entrando por la zona de lavado y desinfectado, después pasa a la zona de corte y llega a una segunda zona de desinfección, antes de acabar en la de secado. Dependiendo de si el producto es de hoja o no, éste pasa por una segunda zona de centrifugado-secado, y finaliza su trayecto en las envasadoras horizontales o verticales”, explica la respon- sable de Comunicación. Desde la Fundación ya se ha uti- lizado la planta para realizar proyectos de IV Gama en mango, sandía y calabacín. Justo en una sala anexa nos encontramos con la planta piloto de automatización, robótica y visión artificial, otro espacio en el que las empresas pueden desarrollar pro- yectos de robótica tanto en producción vegetal como en poscosecha y envasado. Al trabajar con materia viva las dimensiones no siempre son las mismas, como ocurre, por ejemplo, en la industria del automóvil. Por ello en la robótica aplicada a la horticultura se necesita el apoyo de la visión artificial. En este espacio se trabaja tanto en el desarrollo de la programación, como también en el diseño de la pinza necesaria para el manipulado de productos hortícolas, que difiere dependiendo del producto. Además de los laboratorios de análisis fisico-químicos, biológicos o de plásticos; las cámaras climáticas para en- sayos agronómicos; la sala de catas; y los espacios para formación y presentaciones, el Centro Tecnológico acoge también una interesante cocina experimental, con una de las cuñas Casademont, como las utilizadas por Ferran Adrià en la Fundación Alicia, en el centro de la misma. “Observando que el consumidor demanda cada vez más productos con un mayor valor añadido, y al tratarse de una forma tangible de que éste conozca aquello que la casa de semillas quieren transmitir, se decidió instalar una cocina en la que, con ayuda de cocineros profesionales, se pudiesen transferir los valores de esos productos al consumidor”, comenta Verónica Navarro.I tecnología