62 ENTREVISTA ¿Por ejemplo? Las dificultades en la contratación rápida de personal ade- cuado para los laboratorios, pese a los altos niveles de paro existentes, las dificultades para conseguir financia- ción estable a medio o largo plazo que permitan planificar correctamente las actividades a desarrollar, o la incerti- dumbre en la estabilización de personal científico, con vai- venes anuales que dependen del estado de la crisis de nuestro país, suponen graves obstáculos con los que los investigadores tenemos que luchar constantemente. ¿Y qué son capaces de determinar? Estudiando esos espectros somos capaces de deducir, sin tocar la planta y a muchos metros o kilómetros de dis- tancia, si dicha planta está, como nosotros lo denomina- mos, ‘estresada’ hídrica o nutricionalmente, o enferma por algún patógeno. Es decir, tras realizar un vuelo con estas cámaras podemos identificar si un árbol concreto necesita más agua de la que se le aporta o si tiene alguna deficiencia nutricional concreta. En la detección precoz de enfermedades también hemos hecho avances signifi- cativos recientemente, en concreto, en la detección tem- Burocracia... Sí, desgraciadamente invertimos más tiempo en gestio- nes y justificaciones de proyectos que en pensar en nue- vas ideas o en producir trabajos de calidad científica. Sin embargo, no soy victimista en este aspecto, tengo la sa- tisfacción de que, de momento, la crisis no se ha sentido en mi laboratorio, y gracias tanto a proyectos nacionales e internacionales como a contratos con empresas la acti- vidad en los últimos 5 años no sólo no se ha mermado sino que ha aumentado considerablemente. Con ideas in- novadoras y ganas de trabajar en España podemos tener oportunidades para desarrollar nuestro trabajo satisfacto- riamente. A modo de ejemplo, algunos institutos del área de Ciencias Agrarias del CSIC tienen una altísima calidad científica, similar a la de centros extranjeros, y el trabajo que desarrollan tiene alto impacto. Su campo de investigación es la espectrometría de imagen aplicado a la monitorización de la vegetación desde sensores remotos embarcados en aviones tri- pulados y no tripulados. Ambas opciones permiten la detección temprana del estrés en vegetación. ¿De qué forma se detectan desde estos aparatos? Nuestros ojos detectan radiación en una región espectral localizada entre 400 y 700 nm, es lo que denominamos, por razones obvias, el “espectro visible”. Sin embargo, hay regiones espectrales por encima y por debajo de di- chas longitudes de onda, incluido el térmico, que nos dan información muy útil del estado fisiológico de la planta. prana de la verticilosis del olivo o el mildiu entre otras. ¿Desde cuándo se emplean estos aparatos y cómo se obtenían los datos hasta el momento? La teledetección tradicional que se impulsó en los años de la década de 1980 se ha basado en aviones tripulados de gran envergadura, auténticos laboratorios volantes con múltiples sensores de varios millones de euros, y a partir de satélites de observación terrestre. ¿Yyanoesasí? No, la revolución que ha ocurrido en los últimos años ha consistido en la miniaturización de sensores, que ahora tienen dimensiones mucho menores y están disponibles a un coste muy inferior al de hace tan sólo 10 años. Dicha miniaturización, unida a la reducción de coste de los sen- sores, y la expansión de instrumentos inerciales y GPS ha permitido que instrumentos antes al alcance sola- mente de grandes laboratorios y programas nacionales estén ahora disponibles para grupos de investigación y empresas de todo el mundo. Adicionalmente, esta mi- niaturización y reducción de coste se ha unido a la trans- ferencia que se ha producido desde el mundo militar al civil de los vehículos no tripulados, los famosos drones, que nos permiten que prácticamente cualquiera pueda obtener imágenes hiperespectrales o térmicas mediantes plataformas volantes para aplicaciones muy variadas. Ésta es una gran revolución que permitirá en los próximos años cambiar la forma en que la teledetección es utilizada, panorama