ENTREVISTA mento muy fuerte de los precios. Entonces comenzamos a estar en un mercado muy especulativo. Los precios se mueven en dientes de sierra constantemente. Al poco tiempo, hubo un hundimiento de los precios: en Europa cayeron cerca del 30%. ¿Y ahora que entramos en el libre mercado? Tenemos un producto de primera necesidad que, por na- turaleza, debe ser barato. Además, los gobiernos deben procurar que sea un producto accesible para todas las personas. Ahora llega la situación de la libertad de la pro- ducción de leche al desaparecer las cuotas en abril de 2015 y, a partir de ese momento, cada uno podrá ser libre de producir o no producir todo lo que quiera. Empieza a haber posicionamientos en ese sentido. Tanto es así que, como consecuencia de una subida importante del precio que llegó al límite en diciembre de 2013, hubo un ascen- so bastante bueno para los productores y la producción en Europa se ha ido incrementando. Lo ha hecho de tal forma que, por ejemplo, en España, en el año 2015, que es el último año de cuotas, si no cambia la marcha, ten- dremos multa. ¿Y en el resto de Europa? Ocurre más o menos lo mismo. Francia, que no cubría su cuota, ahora se pasa. La producción de leche no supone decisiones empresariales que se puedan tomar en un mes. Tienes vacas, las tienes que ordeñar, tardan su tiem- po en dar a luz; en ningún caso es como hacer un ERE o disminuir la producción de, por ejemplo, vehículos. Ade- más, la liberalización de mercados, que sería el golpe maestro, significa algo fundamental: como el mercado es libre de producir lo que quiera también es libre la industria de comprar lo que quiera. Ya no se puede obligar a comprar... No, era una ley casi sagrada en el sector lácteo en Euro- pa, y ahora la industria es libre de comprar y, lo que es más grave, de decidir a quién compra. Imagine, en Can- tabria, por ejemplo, hay una zona montañosa de difícil ac- ceso en la que se encuentren 23 ganaderos. A 20 kilómetros, cerca de la costa, también encontramos otros tantos ganaderos, cuyo acceso para recoger la leche es mucho más sencillo. ¿Quién va a comprar ahora la pro- ducción de la zona montañosa? Esta situación se podrá dar... Sí, de hecho, va a ocurrir seguro. Imagine la cornisa can-