115 ENTREVISTA dieron un 10% más: le dieron 700.000 litros de cuota de una tacada a una sola ganadería cuando la media en Es- paña era de 180.000. Se le dio muchísimo más a esta única ganadería de lo que se le daba a montones de ellas. En Cantabria, por ejemplo, nos tocó a 20.000 litros por ex- plotación. Era un gran desastre propiciado por la Adminis- tración y, en realidad, también por el propio sector lácteo. ¿Por qué? Porque la industria siempre persigue un ganadero muy grande en el que se pueda parar con el camión y llevárselo cargado hasta los topes. Esta es la constante en el sector. La situación que vivimos yo la resumiría como caótica. No existe organización de ningún tipo, y hay comunidades au- tónomas que no tienen un horizonte claro. El sector se ha reestructurado, pasando de cientos de miles de explota- ciones a 24.000. Además, hay que tener en cuenta el mo- vimiento de cuota de los seis millones de toneladas de producción, que se concentran ahora en unos pocos. La mitad de esos litros se han concentrado pagándolo el ga- nadero a unos precios enormes. Aún hoy hay ganaderos pagando al banco créditos por comprar cuota para tener derecho a producir. Y ahora dicen que la cuota desaparece... Después de que el sector lácteo haya empleado todo el beneficio obtenido a lo largo de los años en comprar cuota para seguir produciendo, de repente dicen que se acaba la cuota. Ese derecho que tanto sudor y dinero les ha costado desaparece. ¿Qué conllevará? No habrá un control de la producción. Cuando comenzó la PAC se apoyó mucho al sector lácteo, que es el más importante de Europa. Justamente en el momento en el que entró España en la Unión Europea, había grandes ex- cedentes de leche en polvo y mantequilla, que despare- cieron en gran parte con la explosión de la central de Chernobyl, se contaminó todo y hubo que deshacerse de ello. Fue entonces cuando se decidió establecer las panorama