114 ENTREVISTA otras tantas en Cataluña, y unas 2.000, en Castilla León. La incongruencia es que Galicia tiene el 50% de las ex- plotaciones y sólo posee el treintaypico por ciento del derecho a producir. Paradójico... Claro, este es el desastre de nuestro sector. Galicia tiene mucha más gente produciendo y no tiene cuota, sin em- bargo, comunidades autónomas como, por ejemplo, Ca- taluña se pueden mover en unas medias de producción en torno al 800.000 litros aproximadamente. O sea, can- tidades que ni los mayores países de Europa tienen. Es la prueba de que el tamaño no tiene nada que ver con la competitividad. De los países grandes de Europa, somos el menos competitivo a pesar de que tenemos regiones con unas medias infinitamente más altas que las que puedan tener el resto de países. ¿Por ejemplo? Cataluña tiene tres veces la cuota láctea de Francia, sin embargo el sector lácteo catalán va mucho peor que el francés. ¿Por qué se establecieron estas cuotas? Cuando se establecieron, en España se vivió una situa- ción peculiar: cada uno decía lo que quería, hasta el punto de que incluso se engañaba. Por ejemplo, en Can- tabria con los Pasiegos, que son en origen los que crearon el sector lácteo español, cuando llegó el momento de de- Acabo de leer un informe del Ministerio de Agricultura francés sobre la carne con el mismo fondo ideológico que con la leche. Ellos quieren limitar el sector de la carne entre 70-80 vacas. Es el modelo que quieren y el que van a favorecer. Sin embargo, aquí, y a partir de la vaca 130, no te darán ayudas de la PAC, y el ministerio no pone lí- mite a que haya ganaderías de leche o de carne y miles de cabezas. Lo que dice el ministerio es que la razón de no poner un techo es que las explotaciones tienen que crecer. Entiendo la contradicción. Por un lado, un país que sabe gestionar su sector agrario como es Francia, primera potencia agraria europea, y por otro, España, un país lleno de terratenientes e incompe- tente gestionando su sector agrario. Esa evolución ha hecho que el sector fuera creciendo... Había unas primas de volumen muy importantes por parte de la industria, que el Ministerio aplaudió en todo momento, de manera que el ganadero, a medida que vendía más litros de leche, le pagaban más litro. Podría tener incrementos del 25- 30% en el precio del litro de leche, con lo cual diríamos que era un estímulo enorme para que el ganadero siguie- se produciendo más. ¿Cómo era el reparto? Por ejemplo, el reparto de cuota más importante que se hizo fue a la ganadería más grande España que estaba en Palencia. En aquel entonces tenía 7 millones de litros y le grandes de Europa, hablamos de millones de litros de cuota y miles de vacas, mientras que también cuenta con numerosas explotaciones pequeñas, sobre todo en la cornisa cantábrica, de diez-quince-veinte vacas. Es un sector muy heterogéneo. ¿Y cómo se distribuye geográficamente? La situación de las 24.000 explotaciones es la siguiente: la mitad, aproximadamente, está en Galicia; 1.800-2000, en Asturias; 1.400, en Cantabria; 800, en el País Vasco, clarar, no decían lo que producían por diferentes motivos, entre ellos, porque no les gustaba que la Administración los controlase. En Galicia también se declaraba poco y en el País Vasco se negaban a declarar. Cada comunidad fun- ciona a su manera. El problema es que para que evolu- cionase el sector, el mantra era que primero había que crecer, y además el ministerio siempre apoyaba el creci- miento de los más grandes. Ya... panorama Foto: Roberto Burgos.