82 SENSORES bien conocidos, las soluciones tecnológi- cas disponibles para su seguimiento y con- trol son muy limitadas. Dos de estos parámetros esenciales, la temperatura y la humedad en el interior del material sólo se miden, en la actualidad, de forma puntual, tanto temporal como espacialmente. La temperatura se mide por lo general ma- nualmente mediante la inserción de una sonda, lo que provoca un esfuerzo humano y económico importante que impide su uso continuo. Además, automatizar estas sondas puede no ser una so- lución viable ante la necesidad periódica de controlar la aireación mediante el volteo de las pilas de material. En el caso de la humedad, actualmente lo habitual es esti- marla mediante la extracción de muestras que deben ser analizadas en un laboratorio. Existe, pues, una clara necesidad de proporcionar a los operadores de compostaje una mejor tecnología para el control del proceso, especialmente en vista a unas regu- laciones cada vez más estrictas y a la demanda por parte del mercado de un compost de mayor calidad. El proyec- to Compoball, subvencionado por la unión europea en el Séptimo Programa Marco, da respuesta a esta necesidad con el desarrollo de una red de sensores autónomos, que mide de forma continua temperatura y humedad desde el interior del material durante todo el proceso de compostaje (superior a cien días). Para conseguirlo se han tenido que superar varios retos tecnológicos que buscaban adaptar la red de sensores a las duras condi- ciones de trabajo ambientales (temperaturas superiores a 80 °C y humedades elevadas), y presentar elevada re- sistencia a ataques químicos, creados por el propio pro- ceso de descomposición del material, y gran resistencia a los golpes y movimientos generados por el proceso pe- riódico de volteo del material. El resultado ha sido unos nodos sensores en forma de bola, protegidos con poliu- retano rígido, que comunican los datos de temperatura y humedad medidos mediante comunicación inalámbrica en banda ISM (434 MHz), y que presentan un alcance de hasta 5 m en el interior del compost. Para garantizar su estanqueidad no hace falta abrir los nodos para recargar las baterías ya que éstas son recargadas con métodos inductivos. Su coste es suficientemente bajo para lograr una red con un número importante de nodos que permita caracterizar perfectamente el material a pesar de su gran heterogeneidad. Figura 6. Arquitectura del sistema Compoball para la medida de la temperatura y humedad desde el interior de las pilas de compostaje. Conclusión Las redes inalámbricas de sensores son una tecnología que extiende el concepto de medidas distribuidas a situa- ciones donde la potencia de cálculo y la energía eléctrica disponible en cada nodo son pequeñas, pero donde la ca- pacidad de comunicación de los nodos y su organización permiten transportar, con un coste asequible, la informa- ción hasta un punto de control que puede estar muy lejos de la zona de medida. Esto permite obtener en tiempo real información que antes sólo se podía obtener median- te registradores de datos remotos (data loggers). Debido a su menor coste de instalación, material y tiem- po respecto a las redes cableadas, y la posibilidad de au- toconfigurarse para aceptar nuevos nodos, fijos o móviles, o prescindir de alguno de ellos, las redes inalám- bricas de sensores van penetrando en todos los sectores productivos con una velocidad acorde a las peculiaridades de cada sector, tal como ha sucedido con otras tecnolo- gías. Una velocidad excesiva, impulsada por la dinámica de la tecnología en sí misma, puede llevar a fracasos ro- tundos. Pero una velocidad demasiado lenta, normalmen- te fruto de la comprensible resistencia al cambio y de la prudencia frente a lo desconocido, puede ser también un síntoma inequívoco de una pérdida de competitividad que hace inevitable la desaparición en un futuro próximo. En cualquier caso, las aplicaciones agroambientales, igual que las demás, sólo se podrán justificar si el bene- ficio neto supera el coste, y cuando hay muchos puntos de medida hay que diseñar nodos sensores que puede que tengan que basarse en nuevos principios de medi- da, quizá aprovechando microsensores desarrollados para otras aplicaciones, nuevos métodos de procesa- miento de las señales o ambos y, en cualquier caso, en métodos eficientes para acondicionar la energía captada con paneles solares de dimensiones reducidas o muy reducidas.I tecnología