76 SENSORES en su punto de máximo rendi- miento. La fuente de alimenta- ción del receptor se puede basar también en energía solar, o estar conectada a la red de su- ministro eléctrico. La gestión eficiente de la ener- gía conlleva también una selec- ción adecuada de la frecuencia con que se realizan las medicio- nes, porque cuando no se está midiendo, el sensor y los circui- tos asociados se desconectan para ahorrar energía. El tiempo mínimo entre mediciones ven- drá determinado por la dinámica de la magnitud que se desea medir. Análogamente, y con mayor razón debido al elevado consumo del transceptor res- pecto al del sensor y el procesa- dor, los resultados de las mediciones es preferible transmitirlos por paquetes si no es imprescindible trans- mitirlos justo después de haberlos obtenido. Una comunicación eficaz exige unas reglas que constitu- yen el ‘protocolo’: formatos de las señales, detección y corrección de errores, acceso al medio de comunicación (aquí, el aire), es decir, arbitrar quién actúa como emisor y receptor en cada momento, etc. Para pasar información entre sistemas que tienen protocolos distintos se emple- an ‘pasarelas’ o ‘puentes’ (gateways, bridges), y éste suele ser el caso en las redes de sensores en aplicacio- nes agroambientales porque la información obtenida acaba siendo comunicada finalmente a través de una red de comunicación preexistente. Para evitar que los sistemas de radiocomunicación en el aire interfieran entre sí, hay una regulación mundial que asigna bandas de frecuencia a las distintas aplicaciones: radiodifusión, radionavegación, televisión, radioenlaces, comunicaciones marítimas, comunicaciones militares, aplicaciones industriales, científicas y médicas (ISM), etc. Para la aplicaciones ISM hay asignadas diversas bandas ‘libres’, es decir, no es necesario pedir permiso para ope- rar en ellas si la potencia transmitida no excede unos lí- mites establecidos. Estas bandas dependen de la zona Figura 2. Velocidad de transmisión, potencia y alcance de diversos estándares de comunicación inalámbrica. WPAN: Wireless Personal Area Network; WLAN: Wireless Local Area Network; WMAN: Wireless Metropolitan Area Net- work; W-WAN: Wireless Wide Area Network. [Adaptado de: P. Fuhr and H. Kagan, ‘Can wireless standards work together?’, Sensors Magazine, Abril 2006, págs. 20-22. geográfica. El resultado de esta regulación es una gran variedad de protocolos estandarizados para trabajar en cada una de las bandas ISM sin interferirse mutuamente. La tabla 1 recoge algunas características básicas de las normas más utilizadas. La frecuencia de transmisión influye en la capacidad del canal: a mayor frecuencia, más canales se pueden trans- mitir, o se puede transmitir datos a una mayor velocidad para un determinado número de canales, y menor es el tamaño de las antenas necesarias. Pero, para una misma potencia transmitida, el alcance disminuye al aumentar la frecuencia porque los obstáculos en el camino de propa- gación de las ondas absorben más las señales. La figura 2 muestra la relación entre potencia y velocidad de trans- misión de datos según la extensión del área geográfica cubierta. Las aplicaciones previstas inicialmente en cada norma son acordes con su ancho de banda (velocidad de trans- misión): ZigBee para monitorización, Wi-Fi para transmitir voz y datos, Bluetooth para sustituir cables entre equipos multimedia, WiMax para aumentar el ancho de banda en las comunicaciones móviles, etc. No obstante, el amplio uso de todos estos estándares, sobre todo cuando se aplican en productos de consumo, hace que el precio de tecnología