109 Según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, el número de cabritos lechales sacrifi- cados en 2011 fue de 1.140.362, con un peso medio de la canal de 5 kg, mientras que sólo se sacrifica- ron 79.178 cabritos de cebo con un peso medio de 15,6 kg. Una de las razones del bajo peso de venta de los ca- britos viene dada por la pobre ganancia de peso diaria que presentan, “la mayoría de razas de caprino explotadas son de aptitud lechera, y en la mayoría de los casos los cabritos de estas razas presentan deficientes caracterís- ticas de crecimiento”, revela Nemesio Fernández, Cate- drático de Producción Animal de la Universitat Politècnica de València. Cruce de razas El cruce entre razas o líneas genéticas, es una práctica muy común en las explotaciones que producen animales de abasto por la mejora en las características productivas que los nuevos cruces puedan tener. Hace décadas que el sector vacuno cruza con éxito razas como la Frisona, lechera, con ejemplares de aptitud cárnica como el Cha- rolés o Limousine, por ejemplo. Lo sorprendente es que en la actualidad no existen registros en Europa de cruces entre cabras lecheras y cabras de producción cárnica. Lo más habitual en las explotaciones caprinas es la obten- ción de animales de raza pura; “En una explotación leche- ra es preciso tener hembras de reposición, es decir, hembras más jóvenes que pasarán a remplazar a sus ma- dres cuando éstas finalicen su vida productiva —explica Nemesio Fernández— La idea es que las hembras jóve- nes sean más productivas que sus madres, por lo que las reproductoras de mayor producción lechera se inseminan con semen de machos mejorantes para su contribución genética positiva en la producción de leche. Aproximada- mente, del total de las madres éstas constituyen entre el Cabritos murcianos a la izquierda y cabritos cruzados a la derecha. tecnología