106 GESTIÓN INTEGRADA enunciado formal hace algo menos de 50 años. Destacaría en ella el énfasis que se pone en el desarrollo integrado de la tecnología de producir y proteger nuestras cosechas. No tiene corsés apriorísticos si no están avalados por los datos. Los productos fitosanitarios cubren las necesidades de control cuando el agrosistema no ofrece alternativas o no sabemos aprovecharlas. Son, por tanto, imprescindibles en muchas ocasiones pero aun en esos casos podemos utilizarlos mejor de lo que lo hacemos en ocasiones y, a pesar del progreso experimentado, seguimos faltos de he- rramientas necesarias para un uso más sostenible de los fitosanitarios; por ejemplo, de valores fiables de umbrales económicos y de técnicas de seguimiento fenológico de poblaciones de insectos y ácaros. Los insectos amigos Hay insectos y ácaros que son beneficiosos para el control de plagas. Su utilización es creciente y en algunos casos espectacular la velocidad con la que ha crecido su uso. El caso del control de plagas en los invernaderos en la cuenca septentrional del Mediterráneo es una de las muestras más ilustrativas. No se puede decir cuáles son los enemi- gos naturales, ni siquiera los más comunes ya que sería necesario mucho tiempo pero hoy en día hay más de cien enemigos naturales que se venden en Europa para el con- trol biológico por parte de decenas de empresas. Aun sien- do espectacular esos avances, lo son tanto o más los registrados en el control biológico de conservación —con- servar y potenciar los enemigos naturales que ya tenemos en nuestros agrosistemas. En Lleida, hace quince años eran necesarios 4 ó 5 tratamientos específicos para el con- trol de la llamada ‘araña roja’ de los manzanos; hoy en día la media de tratamientos específicos para esa plaga está por debajo de uno. El aparente milagro se ha debido a que hemos aprendido, gracias a la investigación que se ha hecho en las universidades y a la asesoría de los servicios de sanidad vegetal y los técnicos de ADV, a manejar los ácaros depredadores que están presentes en nuestros huertos de manzanos y perales. De esos ejemplos hay unos cuantos en la agricultura europea. Hay que conocer mejor qué depredadores, parasitoides y entomopatógenos tenemos en nuestros campos, cómo funcionan y aprender a sacar partido de los mismos. Los preparados naturales Desde hace tiempo conocemos que las plantas tienen compuestos que les permiten defenderse de los insectos y ácaros fitófagos que pretenden obtener en ellas su ali- mento. No es por tanto extraño que el hombre pensó ya hace tiempo en extraerlos para el control de plagas y pos- teriormente consiguió sintetizarlos para una aplicación ma- siva a un precio razonable; es el origen de varias materias insecticidas de amplia utilización. Otras materias insectici- das han encontrado su origen en otras fuentes naturales como diversos microorganismos y organismos marinos. Su uso, sin embargo, es en ocasiones muy confuso; con- viven en la misma denominación productos de naturaleza y modo de acción razonablemente conocidos y con efica- cia demostrada con otros mucho menos contrastados. Creo que sería necesario poner un poco de orden en ese sector; se beneficiarían los productos mejores. La GIP en horticultura La GIP en las hortícolas intensivas y, sobre todo, en las pro- tegidas ha avanzado espectacularmente en lo que va de siglo. En Cataluña el sector es relativamente pequeño si lo comparamos con Almería, Murcia y Huelva, pero nos per- mitió en los años 80 y 90 del siglo pasado aprovechar pri- mero la experiencia de los invernaderos de Holanda e Inglaterra y posteriormente desarrollar nuestro propio sis- tema muy basado en la conservación de los depredadores y parasitoides que están presentes en el entorno de los in- vernaderos mediterráneos. En el sur, el escenario estaba preparado para la explosión del uso de control biológico antes de que lo hiciera en los primeros años de este siglo; el campo de Cartagena ya había conseguido cubrir la mayor parte de superficie de pimiento con el control bioló- gico de trips, moscas blancas y otras plagas pero fue el es- cándalo de los residuos de fitosanitarios no autorizados en algunas verduras lo que animó a emplear masivamente el control biológico en Almería y resto de Murcia. Creo que hay retos todavía a los que responder; en mi opinión está pendiente sacar partido de los enemigos naturales que hay en el entorno de los invernaderos para no tener que estar soltando tantas especies en el mismo cultivo. También sigue pendiente una mejor utilización del control biológico en la producción de fresa. Pero para eso es necesario re- forzar la I+D pegada al terreno en los lugares en donde el cultivo hortícola protegido es el principal medio de vida.I Ramón Albajes es catedrático de la Universitat de Lleida, en el departamento de Producción Vegetal y Ciencia Forestal, y especialista de Agrotecnio Center, del Irta. tecnología