Congalsa incorpora una pesadora Ishida en su línea de producción
Pesaje multicabezal de empanadillas congeladas de la mano de Ishida
Cuando una empresa española de productos del mar desarrolló un nuevo producto, cuya propuesta de ventas principal era su sabor casero, resultó determinante equilibrar los ingredientes de calidad superior con un proceso de envasado económico. Y aquí entró en juego Ishida.
Fundada hace dos décadas, Congalsa se define como un fabricante de alimentos precocinados ultracongelados de gran calidad a base de pescado y marisco. Suministra su propia marca, así como productos de otras marcas, y hoy en día tiene más de 60 clientes en 25 países. Congalsa es referente en el sector retail en España a través de Mercadona.
Hace algunos años, Congalsa decidió entrar en el prometedor mercado de las empanadillas de atún. Estas empanadillas suponen una parte muy popular de la cocina ibérica (en especial en España y en Portugal) como aperitivo o primer plato. Requieren la preparación de un relleno de atún, pimiento rojo y verde, tomate y especias. La masa se prepara y se estira, y se coge una porción para envolver parte del relleno. A continuación, la empanadilla rellena se hornea o se fríe. Las empanadillas congeladas ofrecen una ventaja clásica en comodidad: este alimento tradicional y popular se puede comprar de forma local y almacenar en el congelador para prepararlo posteriormente en poco tiempo simplemente friéndolo.
Bordes frágiles: un obstáculo para el envasado eficiente
Los fabricantes que ya estaban en el mercado se enfrentaban a un problema de fragilidad. Cualquier daño en los bordes de las empanadillas congeladas debilitaba su estructura, lo que hacía probable que se derramara su contenido durante el proceso de fritura, con el riesgo de disminuir la satisfacción del cliente. Para superar este problema, envasaban las empanadillas de forma manual en bandejas con moldes de plástico y luego las colocaban en cajas.
Más sabor, menos trabajo
Como nuevo participante, la estrategia de Congalsa era la de ofrecer un sabor casero auténtico, con mejores ingredientes y un mayor porcentaje de atún que cualquiera de los productos existentes. Para lograr este objetivo comercial se recurrió a un concepto de envasado diferente: el uso del potencial de velocidad, higiene y ahorro de trabajo que ofrece el pesaje multicabezal para embolsar las empanadillas antes de introducirlas en cajas.
Reduciendo el índice de rotura
El pesaje multicabezal tenía una desventaja: un índice de rotura significativo que se producía en su mayoría en la pesadora o en la interfaz pesadora/embolsadora. El alcance de estos daños solo se podía evaluar inspeccionando las bolsas ya selladas y retirando las empanadillas rotas a mano.
El proyecto se inició con una primera pesadora multicabezal y se completó hace poco con la nueva adquisición, a través de la empresa CIMA de Barcelona, el distribuidor de Ishida en España, de un modelo multicabezal Gentle Slope de Ishida. La máquina de 14 cabezales seleccionada por Congalsa está configurada de forma que los ángulos del alimentador radial son menos pronunciados de lo habitual.
Las distancias de caída entre los alimentadores y las tolvas de recepción y entre las tolvas de recepción y las tolvas de pesaje son las mínimas. Un obturador de anillo reduce a la mitad la distancia de caída del producto desde las tolvas de pesaje hasta la embolsadora.
La pesadora también incluye los últimos avances tecnológicos de Ishida, como la capacidad de realizar muchos más cálculos de combinaciones por segundo (lo que mejora la velocidad y la precisión) y un sistema de vibración que se ajusta automáticamente.
Un empuje doble a la producción
A pesar de las muchas características de la pesadora de Ishida para reducir los daños por impacto y los esfuerzos del equipo de producción de Congalsa para integrarla a la linea, esta alcanza una velocidad de envasado elevada. Esta incorporación deberá permitir a Congalsa mantener su capacidad de producción en niveles óptimos.