Grupo Emison - Hornos crematorios

Emison IMA 50

Hornos crematorio de mascotas: sin problemas de olores ni humos

Foto de Hornos crematorio de mascotas
La serie IMA se ha estudiado específicamente para su utilización en la incineración de animales y sus restos sin problemas de olores ni humos, cumpliendo la legislación vigente, y sin necesidad de disponer de personal cualificado dada su extrema sencillez de manejo.

Permite también el incinerar residuos, como maderas, papeles, basuras, restos de embalajes, etc., sin sobrepasar la capacidad máxima del horno ni la temperatura máxima de operación (1.100 ºC.).

Construcción:

El horno se presenta en un atractivo mueble de construcción metálica, a partir de chapas y perfiles de acero laminado, con un tratamiento especial anticorrosivo, de gran robustez, con avanzado diseño y pintura epoxídica de agradables tonos, lo que le confiere una larga vida y un acabado estéticamente agradecido.

La cámara de combustión está construida mediante hormigones refractarios de alta resistencia mecánica para garantizar una larga vida. El aislamiento se realiza mediante fibras minerales y cerámicas de baja masa térmica y gran poder calorífico, cuidadosamente dispuestas en estratos para reducir las pérdidas de calor.

La parrilla es fija, construida en acero refractario AISI 310, y las cenizas producidas caen sobre un cenicero para su extracción manual.

La construcción con hormigón presenta indudables ventajas sobre la tradicional mampostería de ladrillos refractarios, reduciendo costos de mantenimiento y limpieza.

La puerta es de apertura automática, de guillotina, accionada mediante un cilindro neumático o hidráulico. Una segunda puerta en el cenicero permite la cómoda extracción de cenizas sin necesidad de parar la incineración.

La calefacción puede realizarse mediante G. L. P, gas natural, biogás, gasóleo,biomasa u otros combustibles.

Control:

En estos tiempos en los que la electrónica y la informática están presentes en todos los ámbitos de la vida cotidiana, es razonable que estos hornos sigan esta misma tendencia y se adapten aprovechando todas las ventajas que estos dispositivos pueden aportar, incorporando sistemas inteligentes de medición, registro, información, intervención y gestión, actuando de forma inteligente y simplificando al usuario el manejo de los equipos, automatizándolos, evitando errores de manejo y facilitando el día a día.

De poco servirán los más sofisticados sistemas de medición e información si no van acompañados y servidos por productos de la más alta calidad con todas las certificaciones en sus elementos internos, adecuados para tener una capacidad de detección y almacenamiento de información que, debidamente canalizada, puede actuar modificando los parámetros según criterios preestablecidos, y tomando, por tanto, decisiones que afectan al comportamiento del equipo.

El funcionamiento es totalmente automático, y las únicas acciones a realizar son las de ajustes de tiempos y temperaturas (vienen ajustados de fábrica, pero pueden ser modificados en la puesta en marcha o posteriormente cuanto convenga).

El control del horno está confiado a un microprocesador que se encarga de todas las operaciones. Maneja los quemadores en función de la temperatura programada, ajustando el consumo a las necesidades en todo momento y garantizando un mínimo consumo.

Controla la aportación de aire secundario de combustión garantizando la presencia en los humos del 6% de oxígeno que exige la normativa, sin sobrepasar el aire necesario, con menor emisión de humos y de mejor calidad, que cumplen sobradamente, y lo garantizamos, las normativas catalana, española y europea sobre la incineración.

Permite la parada automática del horno una vez realizada la última carga, sin necesidad de estar presente durante toda la cremación.

Se puede programar la puesta en marcha el día y hora que se quiera, de forma que, al llegar al obrador encontremos el horno a punto de trabajar, sin esperas.

Controla la cremación, indicando cuando se puede realizar una nueva carga de animales para su destrucción.

En resumen, el microprocesador programable se encarga del seguimiento de la cremación. Sólo es necesario seguir las indicaciones en pantalla para hacer funcionar el horno.

Complementos:

Opcionalmente pueden incorporarse al horno todo tipo de controles y automatismos,así como, procesador de cenizas, cargador hidráulico accionado mediante electricidad de red o batería, etc.

Pueden incluir diferentes analizadores para medir y registrar en el PLC diferentes parámetros y actuar, si es necesario, para corregirlos.

Funcionamiento:

El principio de funcionamiento de estos hornos se basa en la descomposición pirolítica, quemando la materia orgánica, que desaparece en forma de gases no contaminantes.

El funcionamiento es continúo con cargas sucesivas. Los animales a quemar se cargan de forma manual al horno, mantenido a la temperatura adecuada mediante el funcionamiento del quemador o quemadores y la acción del microprocesador de control que se encarga de regular.

las calorías aportadas al horno en función de las necesidades. Al efectuar la apertura neumática de la cámara un sistema automático o manual, a elección, se encarga de introducir el animal al horno.

La aportación de aire secundario producida por un electroventilador asegura la perfecta combustión, que se realiza en una atmósfera altamente oxigenada por la aportación de aire y a una temperatura óptima para minimizar la producción de humos e inquemados, lo que evita la formación de olores.

Un analizador de oxígeno en la chimenea permite ajustar el exceso de aire a las solicitudes.

Antes de su eliminación los humos pasan por una cámara de post combustión para el tratamiento de los gases a 850 ºC, asegurando de esta forma un escrupuloso cumplimiento de le legislación sobre emisiones a la atmósfera.

Una vez iniciada la combustión de una carga un automatismo impide la apertura de la puerta y, por consiguiente, una segunda carga antes de que haya concluido la combustión de la primera.

La aportación de aire secundario producida por un electro ventilador asegura la perfecta combustión, que se realiza en una atmósfera altamente oxigenada por la aportación de aire y a una temperatura óptima para minimizar la producción de humos e inquemados, lo que evita la formación de olores.

Un analizador de oxígeno en la chimenea permite ajustar el exceso de aire a las solicitudes.

Antes de su eliminación los humos pasan por una cámara de postcombustión para el tratamiento de los gases a 850 ºC, asegurando de esta forma un escrupuloso cumplimiento de le legislación sobre emisiones a la atmósfera.

Una vez iniciada la combustión de una carga un automatismo impide la apertura de la puerta y, por consiguiente, una segunda carga antes de que haya concluido la combustión de la primera.

Sistema de depuración:

Los humos generados en la incineración deben ser depurados en función de su impacto sobre el medio ambiente. Los malos olores que pueden emanar de los humos son normalmente destruidos al nivel térmico alcanzado en la cámara de combustión. Los principales contaminantes generados son CO, y partículas.

La directiva 89/369 de la CEE impone unas condiciones determinadas en el caso de la incineración de residuos: respecto a las condiciones de diseño se exige la permanencia de los gases de combustión, con un contenido mínimo de O2 de 6% la permanencia como mínimo de 2 segundos a 850 ºC.

Una parte muy importante es disponer de una cámara frigorífica donde conservar los animales unos días para realizar su tratamiento cuando convenga.

Otro posible mercado es el formado por personas con gran aprecio a sus animales y que quieren realizar un entierro o incineración casi como si de humanos se tratara.

Para estos casos es conveniente montar el horno en dos compartimentos distintos,separados por una pared. En el trasero, sin acceso al público, se instala el horno, y sus dimensiones mínimas deben ser de 6 x 5 metros para poder trabajar cómodamente. En el delantero se instala la zona de despedida. Todo el recinto se decora convenientemente y sus dimensiones dependen del decorado que se realice, necesitando un mínimo de tres metros de longitud para la cinta y sus complementos.

El proceso consiste en colocar el animal a incinerar en la cinta transportadora, y al llegar a la puerta de abre esta automáticamente, cerrándose tras el paso del animal, con lo que el público ya no ve lo que ocurre a continuación.

Al llegar a la segunda puerta esta se abre de forma automática y deposita el animal en la zona prevista para la incineración, realizándose la introducción del animal de forma manual o automática.

También puede realizarse la entrada de forma que el animal vaya directamente al horno, pero esto dificulta el proceso cuando se realizan cremaciones en serie, y puede resultar desagradable para algunas personas, que pueden ver como su mascota empieza a quemarse al ser introducida en el horno caliente.

Pueden realizarse incineraciones individuales con cualquiera de los modelos de la serie, con extracción de cenizas sin necesidad de esperar que se enfríe el horno, lo que facilita la incineración sucesiva de diferentes animales. Con el consiguiente ahorro en combustible.