Para lograr la reactivación del sector, la recuperación de la confianza del usuario final es un elemento clave

Durante los pasados meses de marzo y abril, en Conaif realizamos sendos sondeos entre las empresas instaladoras de toda España para conocer la repercusión del coronavirus y la conclusión fue que ha sido muy importante y especialmente dañino con los autónomos y las empresas de menor tamaño.

Estimamos, basándonos en los citados resultados, que en la fase previa a la desescalada - es decir, hasta mediados del mes de mayo -, la actividad había caído un 70%, la facturación había disminuido de forma drástica entre un 70% y un 100%, habían aumentado los impagos y se habían multiplicado las cancelaciones de trabajos contratados antes del confinamiento.

Con el fin del estado de alarma y de las medidas de confinamiento que implicaba, las empresas instaladoras vamos recuperando poco a poco el día a día habitual y parte de la actividad perdida.

En esta “nueva normalidad” hay dos hechos que están protagonizando la actualidad de nuestras empresas: se ha acelerado el proceso de digitalización y nos hemos preparado para poder garantizar la seguridad y salud, tanto de los instaladores como de nuestros empleados y clientes.

A partir de ahora hay que trabajar en la recuperación del sector. Para ello consideramos que es necesario actuar en tres ejes: la demanda, la parte financiera y tributaria de las empresas, y el mercado de la reforma.

Creemos que es muy importante la adopción de medidas por parte del Gobierno y las comunidades autónomas que estimulen la demanda, como por ejemplo poniendo en marcha de planes “renove” para la sustitución de aparatos de calefacción y climatización o fomentando la actividad de mantenimiento de las instalaciones. Asimismo, consideramos necesario un plan de apoyo a los hoteles y la hostelería que evite cierres y, con ello, que la actividad de las empresas instaladoras se resienta pues el canal Horeca es un gran demandante de nuestros servicios, sobre todo en las zonas más turísticas.

También son esenciales medidas de otro tipo, más dirigidas hacia la parte tributaria y financiera de las empresas, ya que la actividad ha disminuido durante el estado de alarma pero los costos se han mantenido. Reclamamos exenciones tributarias para instaladores, líneas de financiación y el aseguramiento de la cadena de cobros, entre otras medidas.

Y requerimos ayudas a la rehabilitación y reforma de las instalaciones que dinamicen este mercado, dirigidas sobre todo a los propietarios de viviendas y comunidades de vecinos por la capacidad de decisión que tienen. Creemos que en estos momentos se necesita que las distintas Administraciones tomen medidas y agilicen los trámites para obtener las licencias de reformas integrales, obras menores y también de obra nueva.

Por otra parte, para lograr la reactivación del sector consideramos que la recuperación de la confianza del usuario final también es un elemento clave.

Desde Conaif hemos desarrollado tres acciones con este objetivo: un protocolo de actuación para empresas instaladoras, una campaña de comunicación dirigida al usuario final y un certificado para empresas instaladoras comprometidas con la seguridad frente al coronavirus.

El protocolo de actuación para empresas instaladoras frente a la infección por coronavirus incluye una serie de recomendaciones y medidas preventivas elaboradas por la Confederación con el objetivo de proteger la salud de los instaladores y sus trabajadores así como de los clientes, tratando de reducir al máximo las posibilidades de contagio cuando se accede a los hogares para atender los avisos de trabajo.

Que los ciudadanos abran las puertas de sus domicilios a los instaladores es imprescindible para prestar determinados servicios relacionados con las instalaciones de agua, gas, calefacción, climatización y electricidad (instalaciones, mantenimientos, averías, reparaciones, emergencias…). Pero, eso sí, debe hacerse siguiendo unas pautas concretas de actuación que minimicen el riesgo de contagio, tanto de los clientes como de los instaladores.

La campaña #DeTotalConfianza, desarrollada por Conaif entre el 22 de mayo y el 15 de junio, buscaba un doble objetivo: por una parte vencer el recelo que, por motivo del coronavirus, el usuario pudiera tener a la entrada en su hogar de profesionales para acometer alguna instalación u operación de mantenimiento de instalaciones y, por otra parte, transmitirle que es el momento idóneo para iniciar en su hogar la reforma de instalaciones proyectada o que dejó pendiente con la llegada de la crisis sanitaria.

Esta acción de comunicación, que contó con la colaboración de veintidos empresas y firmas comerciales del sector, incluyó varias inserciones en la edición nacional del diario ABC, en papel; así como difusión en medios digitales con un spot para Vimeo y una serie de mensajes en las redes sociales Twitter, Facebook y Linkedin.

Finalmente, Conaif desarrolló una herramienta gratuita, dirigida al instalador, que permite a quien sea asociado a alguna de sus 64 asociaciones, gremios y federaciones de asociaciones de instaladores adherirse al protocolo de actuación frente al coronavirus citado anteriormente y obtener, así, un certificado de empresa comprometida con la seguridad frente al coronavirus.

El futuro, al menos a corto plazo, va a estar marcado por el coronavirus, la evolución que experimente y los efectos que tenga en la sociedad y el tejido empresarial de España.

Estamos asistiendo ya a un repunte de los contagios y los expertos no descartan rebrotes en otoño e invierno que puedan seguir haciendo mella en la actividad económica.

De cara a los inciertos tiempos que están por llegar, los instaladores, que prestamos a la sociedad servicios esenciales, podremos seguir atendiendo a los clientes con seguridad y protección porque nos hemos preparado para ello.

Y la experiencia de esta crisis inédita nos dice que vamos a necesitar edificios más seguros de cara a posibles contagios, de este mismo virus o de otros que puedan llegar. Y las instalaciones, principalmente las de climatización, tienen que contribuir a ello estando en perfecto estado. Unas instalaciones seguras han de estar correctamente mantenidas por instaladores y mantenedores debidamente habilitados.

En cualquier caso y escenario que se presente, vamos a seguir proporcionando confort a los ciudadanos e industrias y contribuyendo con nuestra actividad esencial a que la economía española no se vuelva a parar.