El mercado del vino en Bélgica

El mercado belga es uno de los mayores consumidores de vino per cápita del mundo (26,86), exigente y conocedor, y sigue siendo muy interesante para los vinos españoles, puesto que la población sigue aumentando su consumo de vino y busca buenos caldos a precios competitivos. El conocimiento en materia vitivinícola ha crecido en los últimos años y los belgas dedican cada vez mayor cantidad de dinero a este tipo de producto. No obstante, es preciso considerar la enorme madurez del mercado en la actualidad, así como la fuerza que continúa teniendo la cerveza como principal bebida de consumo habitual.

La demanda de vino sigue creciendo constantemente, mostrando unas cifras positivas de año en año, aunque sin llegar a desbancar todavía a la cerveza.

Dentro de los distintos tipos de vinos existentes en el mercado, los consumidores belgas siguen decantándose por los vinos tranquilos, que suponen más del 70% de las ventas. Dentro de este grupo, el tinto es el que domina claramente con cerca del 60% de cuota en valor, aunque está perdiendo terreno en las importaciones en volumen, frente al crecimiento de la demanda de vino rosado. El vino blanco se ha mantenido bastante constante a lo largo de los últimos años. En cuanto a las importaciones belgas de vino espumoso, éstas han seguido aumentado de manera considerable.

Es justamente en esta última partida, la del vino espumoso, donde España ha visto crecer de manera más clara su cuota de mercado (pasando de una cuota del 15,9% en valor en 2009, a un 24% en 2014), permitiéndole afianzar el segundo puesto como exportador de vino espumoso a Bélgica en valor y alcanzando el primer puesto en volumen.

Dado que la producción de vino en Bélgica es reducida, la mayor parte de su oferta de vinos proviene de las importaciones. La mayor parte de los vinos proceden de Francia, aproximadamente el 60% en valor en 2014, aunque esta cifra ha decrecido, pese a su proximidad cultural y geográfica, en beneficio de países como España que han aumentado su cuota de mercado. A pesar de que sus valores siguen siendo muy superiores al resto, en los últimos años, los vinos franceses han visto disminuir su hegemonía frente a los demás países. Esto se ha debido en gran medida a la búsqueda por parte de los consumidores, sobre todo los flamencos, de nuevos productos procedentes de países anteriormente poco representados, como es el caso de los vinos españoles y los vinos del Nuevo Mundo. España obtuvo en 2014 una cuota de mercado del 11% en valor aproximadamente, lo que ha permitido que el vino español sea el segundo más importado en Bélgica.

Por partidas: En vino tranquilo la cuota de España ha pasado del 5% en valor en 2011 a 6% en 2014 y del 6% al 8% en volumen. En vino espumoso España ha pasado de una cuota de 17% en valor en 2011 a una cuota del 24% en 2014, y del 39% en volumen al 50% del volumen total. La cuota para el vino a granel ha pasado de 4% a 6% en valor y de 10% a 9% en volumen.

En Bélgica, España ocupa la cuarta posición como suministrador de vino tranquilo en valor y la tercera en volumen, y en vino a granel ocupa la tercera posición tanto en valor como en volumen.

El volumen de venta de vino embotellado, tranquilo y espumoso, creció en Bélgica un 1% en2014, respecto a 2013, llegando a los 280 millones de litros vendidos y unos 2.500 millones de euros en facturación, según datos de Euromonitor. La demanda de vino espumoso es la que crece con más fuerza, con un incremento del 9% en volumen sobre las ventas totales. En total, la producción de vino en el país es limitada: 0,6 millones de litros en 2013.

España consigue mantenerse como uno de los primeros proveedores belgas con unos precios competitivos. La evolución de los vinos españoles en los últimos años en Bélgica muestra una clara ganancia en términos generales de valor y volumen, muy por encima de los valores medios del mercado.

Según Eurostacom, en 2014 Bélgica importó 315 millones de litros por un valor de 994 millones de euros y exportó un total de 31 millones de litros por un valor de 101 millones de euros. Considerando la reducida producción local, la mayor parte de la exportación es en realidad reexportación.

La importación de vinos tranquilos es la más relevante suponiendo aproximadamente el 60% del volumen total importado. En 2014 Bélgica importó desde España 22 millones de litros de vino espumoso y 16 de vino tranquilo, suponiendo un 7% y un 5% respectivamente sobre el total de litros de vinos importados. En valor, las importaciones de espumoso han supuesto 64 millones de euros y las de vino tranquilo 38 M€, concretamente, un 6% y un 4% sobre el total respectivamente.

En el período 2011-2014, comparando los datos del año 2014 con el promedio de lo ocurrido en los tres anteriores, los vinos embotellados españoles han tenido un aumento general del 34% en valor y del 33% en volumen, lo que da un ligero aumento del 1% del precio unitario (2,7 €/litro precio medio español frente a 3,8 €/litro precio medio de importaciones totales. Datos 2014). En el mismo periodo aumentaron un 6% en valor y un 2% en volumen el total de vinos embotellados importados en el país.

En Bélgica se consume vino generalmente de 1 a 3 veces por semana. Con un precio medio (entre 3 y 6 € el litro) adquirido en grandes cadenas de supermercados.

El consumo en vino en el hogar en 2014, de acuerdo a las estadísticas de presupuestos familiares, fue de unos 336 euros, asumiendo que una familia tiene de media dos miembros, el consumo per cápita ronda los 168 €/ persona. El consumo supone aproximadamente el 1% del gasto total de una familia belga.

Dentro de los vinos tranquilos, el tinto representó en 2014 el 50% del consumo en volumen y el 56% en valor, desde 2009 el consumo de tinto ha bajado un 6% en volumen y ha subido 1% en valor. El blanco, sin embargo, ha aumentado su cuota en un 2% en volumen y un 9% en valor, el rosado se consume un 7% más en 2014 respecto al volumen de 2009 y en valor ha aumentado su cuota un 15%.

La variación del consumo de espumoso es la más significativa pasando de 22 millones de litros en 2009 a 32 en 2014. Actualmente tiene una cuota de consumo del 11% en volumen y el 22% en valor.

El 90% de los vinos tintos tiene un precio de venta inferior a 6 €. El 88% de los rosados se venden por menos de 7,5 €. En cuanto a los blancos, el 87% se encuentra por debajo de 4,5. El 87% de los espumosos tiene un precio medio menor de 8 euros. En este sentido, el precio final de una botella de vino está compuesto por diversos márgenes, entre los que cabe destacar el del productor (suele ser del 50% aproximadamente), el margen del detallista (en torno al 13%) así como las accisas, un impuesto especial (0,57 céntimos por litro de vino tranquilo y 1,96 por litro de espumoso). Hay que considerar también el IVA del 21%.

El 76% de los vinos se venden a través de las grandes superficies de distribución, lo que representa el 47% de las ventas en valor. Un 24% de los vinos se vende a través del canal Horeca, lo que representa el 53% de las ventas en valor. Del 76% de ventas de la gran distribución, el 31% fueron vinos embotellados propiamente por las grandes cadenas de supermercados del país.

La percepción del vino español está mejorando en línea con el aumento de su presencia en el mercado, como muestra de ello, el supermercado Colruyt contaba en su catálogo con 24 referencias españolas en 2013 y actualmente cuenta con 77. No obstante, otra gran cadena de supermercados, como Delhaize, ha disminuido ligeramente el número de referencias de vino español, pasando de 70 en 2013 a 64 en 2015. Los precios del vino español en dos cadenas de supermercados representativas, Delhaize y Colruyt, se mueven entre 1,09 y 37,69 € en la primera y entre 3 y 26 en la segunda.

Las acciones futuras para el vino español pasan necesariamente por tratar de logar de fortalecer su presencia al mismo tiempo que se aumenta el precio medio logrando así reforzar tanto las cifras en volumen como en valor.