Entrevista a Carlos Fito, jefe de Proyectos del área de Seguridad de Itene
Nanomicex es un proyecto coordinado por Itene, aprobado en 2012 dentro de la temática europea de nanomateriales y seguridad y enmarcado en el VII Programa Marco de I+D+i. Sus principales objetivos son el estudio completo de los efectos adversos de los nanomateriales en líneas celulares y organismos representativos del medio ambiente, así como garantizar la seguridad de los procesos de producción y manipulación de nanopartículas empleadas en la industria de pinturas y tintas. Carlos Fito, jefe de Proyectos del Área de Seguridad del Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (Itene), nos explica las principales conclusiones de este proyecto y los riesgos reales y los beneficios de la nanotecnología en este sector.
De un tiempo a esta parte, parece que está en entredicho la seguridad de la nanotecnología. ¿Qué tiene de cierto?
Técnicamente, podemos hablar de que los métodos actuales de ensayos de toxicidad y evaluación de la exposición laboral no son totalmente aplicables al caso de las nanopartículas, debido a las especiales características de dichas partículas. Fundamentalmente, es debido a la gran variabilidad de sus morfologías, tamaños, reactividad, etcétera. Esto ha hecho que durante los últimos años se haya generado una laguna de conocimiento en relación al peligro que puede suponer el uso de nanopartículas.
Ustedes han realizado varios estudios recientemente en este sentido…
Sí, y demuestran que las partículas que contienen metales pesados pueden suponer un riesgo potencial derivado de la exposición laboral. Sin embargo, la gran mayoría de nanopartículas utilizadas comúnmente por la industria no suponen un riesgo adicional a los que tienen las materias primas convencionales. Estudios realizados en planta piloto de Itene demostraron que existe una exposición a las nanopartículas en el ambiente laboral, pero los métodos comunes de control como la ventilación forzada, funcionan correctamente y disminuyen el riesgo de una forma apropiada.
¿Qué tipo de problemas de salud puede acarrear la manipulación de nanopartículas?
La ruta fundamental de exposición para un trabajador es la inhalación y absorción dérmica de partículas durante la jornada de trabajo. La potencial inhalación de estas partículas supone un riesgo para la salud, dada su facilidad para difundirse a través de las membranas biológicas como los alveolos. En el caso de la piel, se ha demostrado que solamente aquellas pieles envejecidas o con alguna afección dérmica pueden suponer una vía de entrada de las nanopartículas, lo que llevaría a su paso al torrente sanguíneo y su acumulación en los tejidos grasos.
Precisamente, el proyecto Nanomicex va en esta dirección. ¿Cuáles son sus objetivos?
Se han estudiado cómo afectan las nanopartículas de óxido de zinc y plata en células del pulmón y organismos como algas. Desde el punto de vista de la seguridad laboral, junto con el Instituto de Medicina del Trabajo de Escocia (IOM), se ha realizado un mapa de la exposición potencial a nanopartículas en empresas usuarias de estos materiales y fabricantes de tintas y pinturas.
Dos empresas españolas, Pinturas Montó y Grupo Torrecid, participan en el proyecto. ¿Qué papel desempeñan?
Ambas empresas han apostado por el uso de nanopartículas. En el caso de Grupo Torrecid, su papel en el proyecto se centra en la evaluación de la aplicabilidad de nuevos nanopigmentos para el desarrollo de tintas con propiedades mejoradas. Por su parte, Pinturas Montó desarrolla nuevas pinturas más resistentes a los efectos ambientales. Las dos empresas están apoyando a Itene en la evaluación de la exposición laboral como casos de estudio.
Con la nanotecnología, parece que las empresas buscan nuevas vías de innovación…
En el marco actual, la nanotecnología está considerada como una tecnología facilitadora, que permite a las empresas desarrollar nuevos productos de alto valor añadido, que puedan aportar al mercado nuevas soluciones frente a la actual competencia de mercados exteriores como el asiático.
Y en cuanto a la seguridad, ¿percibe un mayor interés?
En el campo de la seguridad, el reglamento europeo REACH marca como prioridad el uso seguro de las sustancias químicas. En el caso de las nanopartículas, la agencia europea de sustancias químicas (Echa) ha comenzado a proponer guías de uso seguro de nanopartículas, estableciendo requisitos de uso e información.
Las pinturas y tintas siempre han estado en el ojo del huracán en materia de sostenibilidad. ¿Sigue siendo así hoy en día?
Desde el punto de vista de las materias primas que se utilizan, en los últimos años se han ido reduciendo el uso de materiales solventes, de alto impacto ambiental, sustituyéndose por nuevas materias primas más sostenibles, con menos riesgos. En el caso de las nanopinturas y nanotintas, la aplicación de nanopartículas a la formulación de estos productos permite disminuir la cantidad de materia prima a utilizar e, incluso, con nanopartículas como el óxido de zinc, las pinturas pueden llegar a reducir el efecto invernadero.
¿A qué otros retos se enfrentan, según su opinión, las empresas de pinturas y tintas en España?
Principalmente, los costes de producción, debido al crecimiento de productos que provienen de mercados como Asia o India, lo cual hace que las empresas europeas tengan que intentar mejorar la calidad o la eficiencia de sus procesos invirtiendo en nuevas tecnologías.
Visitaron Tec Star, una compañía italiana especializada en el desarrollo de soluciones de alta tecnología para aplicaciones industriales basadas en nanotecnología. ¿Cuán extendida está la nanotecnología en nuestro país?
La nanotecnología no ha penetrado todavía en la pequeña y mediana empresa debido a los costes de producción actuales de las nanopartículas. Sin embargo, en el caso de empresas multinacionales, todas ellas cuentan con líneas de trabajo ligadas a fabricación o uso de nanopartículas. Con proyectos como Nanomicex, se están generando soluciones de bajo coste para permitir la síntesis y uso seguro de nanopartículas en sectores de interés, como es el de las pinturas y las tintas, siendo aplicable a cualquier otro sector.
Durante su visita, realizaron ensayos. ¿Qué conclusiones obtuvieron?
Se llevó a cabo la evaluación de los niveles de nanopartículas en los laboratorios de la empresa. Observamos que no había una exposición laboral debido a las medidas de control implantadas en la entidad, como la ventilación forzada y las cabinas. Las muestras de aire recogidas fueron analizadas en los laboratorios de Itene, y llegamos a la conclusión que la mayor parte de las partículas son las propias de los polígonos industriales, principalmente partículas de carbono procedentes de vehículos a motor.
Investigadores de la Universidad de Strathclyde, en Glasgow, están desarrollando una innovadora pintura inteligente, de bajo coste, que puede detectar fallas microscópicas en turbinas, minas y puentes antes de que el daño estructural se produzca. ¿Cree que este tipo de productos verán pronto una salida comercial?
En la actualidad, el coste de desarrollo de estos productos es muy alto. Sin embargo, se observa una tendencia a una apertura del mercado en este tipo de productos, con una mayor optimización de los costes productivos y una mejor aceptación del consumidor.
A su entender, ¿qué más le puede aportar la nanotecnología al sector de las pinturas y tintas?
De forma global, la nanotecnología permite el desarrollo de pinturas y tintas con propiedades excepcionales como son la autolimpieza, resistencia al rallado, propiedades conductivas para la acumulación de energía eléctrica y resistencia a factores ambientales como la lluvia o la luz.
Desde 2008, Itene trabaja, entre otras líneas de investigación, en la evaluación de los riesgos que puede suponer la exposición a nanopartículas. Estudia medidas y controles para prevenir y minimizar dichos riesgos, garantizando su uso tanto en contacto con alimentos, como para la seguridad de los trabajadores que los manipulan en los procesos de producción (absorción de nano-partículas en la piel) o riesgos ambientales (escape de nanopartículas en suelo, aguas y aire). “Esta experiencia la demuestra nuestro trabajo en Europa, donde somos coordinadores de tres proyectos europeos, como el citado Nanomicex, así como los proyectos Life ReachNano y NanoRisk”.
El instituto también participa en Nanoreg, el proyecto europeo de referencia para la legislación en la UE, iniciado en marzo de este año y cuya conclusión, tras 42 meses, está prevista en agosto de 2015. Con un presupuesto de 48,7 millones de euros, este proyecto, coordinado por el Ministerio de Infraestructura y Ambiente de los Países Bajos, está formado por 54 socios de 14 países diferentes.