La crisis ha obligado a echar el cierre al 84% de las agencias inmobiliarias
9 de enero de 2013
Además, el consultor pronostica que 2013 será uno de los peores años desde el inicio de la crisis para las agencias inmobiliarias. Vender un inmueble este año será aún más complicado como consecuencia del fin de la desgravación fiscal. “Los próximos meses, la demanda de la vivienda caerá como nunca y a muchas de las agencias que han sobrevivido, les tocará sufrir o cerrar definitivamente”. Y esto a pesar del desplome de los precios de la vivienda, que se mantendrá constante en los próximos meses debido al efecto domino que tendrá en el precio la oferta que saque al mercado el banco malo, lo que hará muy difícil a las agencias competir.
“Las previsiones de 2008 indicaban que la crisis obligaría a echar el cierre a la mitad de las agencias inmobiliarias, pero la recesión y el estancamiento de la economía en general, y del sector inmobiliario en particular, han tenido consecuencias catastróficas para el sector de las agencias”, añade Eduardo Molet, que opina que sólo han sobrevivido aquellas que han trabajado en red, compartiendo operaciones y bolsas de viviendas, y las que han diversificado el negocio, especializándose en productos inmobiliarios muy determinados, como locales comerciales, garajes, edificios de equipamientos y viviendas de alta gama.
Según explica Eduardo Molet, entre 2007 y 2008 cerró casi 50% de las oficinas inmobiliarias, y en el periodo de 2009 a 2012 tuvo que bajar la persiana más de un 30%. Las franquicias, especialmente las grandes redes que operan bajo esta modalidad, son las que mejor están capeando el temporal. “Al compartir bolsas de viviendas, operaciones y clientes, pueden mejorar su efectividad a la hora de cerrar transacciones inmobiliarias. Además, muchas de estas grandes firmas se han especializado y han conseguido captar la oferta inmobiliaria que se está vendiendo en estos momentos”.
Molet cree que las agencias más perjudicadas han sido aquellas que nacieron en el momento de mayor auge del sector inmobiliario y que operaban en solitario. Otras oficinas inmobiliarias que se han podido salvar de la quema son las agencias de barrio que operan en el sector desde hace muchos años, incluso décadas, y que tienen la experiencia y el conocimiento suficiente para no comprometer sus negocios en este tipo de viviendas.