Unos 1.300 asistentes participan en el IV Congreso de Arquitectos de Valencia

El CSCAE, Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España, ha traducido el sentimiento de incertidumbre y ha hecho una radiografía del cambio de escenario que ha sido secundado masivamente teniendo en cuenta el actual momento de crisis estructural con 4 millones de parados y de crisis en la construcción, además de la caída de la confianza de los arquitectos en su futuro profesional y académico, unida al pesimismo sobre su papel social.

Las casi 300 comunicaciones, las ponencias presentadas en directo, los estudios de la encuesta 2009, la del Instituto Cerdá y otras presentaciones hechas en el seno mismo del congreso han alumbrado un escenario imposible de reconocer globalmente sin un esfuerzo previo de selección, ordenación y difusión. Un escenario que se completa gracias a la estructura formulada por los coordinadores de los Espacios de Reflexión 1, 2 y 3, con las intervenciones de los ponentes de los espacios de provocación y las de instituciones, arquitectos y empresas que han aportado material intelectual en cada uno de los debates, dirigidos activamente por más de 355 arquitectos y otros profesionales. En total, 158 actos y/o presentaciones (más de 15 proyecciones de video), exposiciones, y el concurso propuesto por el CSCAE con 138 entradas y unos 40 premios en varias categorías (denominado Experiencias/Futuros).

En resumen, se han propuesto medidas de largo alcance. Reformas procedentes de los espacios de reflexión que son una guía para la reestructuración de los colegios y el CSCAE. Iniciativas que proponen hasta la refundación de los colegios y el CSCAE, éstas han de verse refrendadas por una síntesis de conclusiones que el comité de coordinadores y comisarios del congreso deben elaborar como documento final, junto con la parte logística y organizativa que toque cerrar al comité ejecutivo. Junto con las grandes líneas expuestas en las conferencias principales de las provocaciones, son el punto final del congreso y, por otro lado, la actuación inmediata para la apertura del cambio valiente y crítico que se ha pedido por una gran mayoría de los congresistas. Una filosofía que debe inspirar los presupuestos y programas de Actuación de 2010.

A estos efectos, los plazos de la Ley Ómnibus son perentorios, en los próximos 5 meses se tendrá que acometer profundas reformas, a la vez que se enfrentan procesos y tendencias como la laboralización, el trabajo asalariado y asociado y todas las grandes corrientes identificadas en este congreso.

Foto: Jean Scheijen.

Esta participación quiere decir que a partir de ahora se tiene que hacer un esfuerzo de compilación, ordenación, transcripción, traducción y selección de materiales, para la web, la Revista Arquitectos, publicaciones específicas y CEPA y traducirlas al Programa de Actuación 2009-2010 y siguientes, en su versión más concisa y sencilla de aplicar.

En el campo de lo que se ha podido percibir del desarrollo de las sesiones es que el congreso ha salido bien: la primera impresión es la de que se ha conjurado un estado de latente pesimismo que atenazaba a la profesión desde hace tiempo y que no habían sido capaces de sacudir tras las recientes avalanchas legislativas en el sector profesional de la construcción española.

Una de las preguntas más recurrentes de periodistas, políticos y compañeros ha sido, ¿por qué tanto tiempo entre uno y otro congreso? La respuesta viene de los propios asistentes: han solicitado que la cita sea más frecuente. Pero hay que decir que el Congreso de Arquitectos es un acontecimiento no regulado y cuando la Asamblea General lo propone en 2009 es porque detecta la necesidad de abrir una reflexión que se ha hecho viable en un plazo muy corto y en unas circunstancias muy difíciles.

La otra gran característica de este IV Congreso ha sido la unidad de arquitectos.

Foto: Alfonso Diaz.

Los arquitectos han defendido que la sostenibilidad de su trabajo equivale a “recuperar la racionalidad y la calidad en la construcción, y se basa en el urbanismo sostenible”, según la encuesta.

Tal como se ha dicho en el artículo de Javier Santos, director del Centro de Desarrollo de la OCDE, “España, cantera de talento” en El País, “el talento español desborda ampliamente la esfera de los organismos internacionales” y “Los arquitectos españoles deslumbran al mundo entero…”, puede que resulte evidente que cambiar a mejor las pautas de los arquitectos españoles y poner su talento en torno a ese modelo de sostenibilidad del siglo XXI, puede aumentar notablemente la creatividad e innovación del conjunto del sistema productivo en el sector de la edificación.

La otra gran característica de este IV Congreso ha sido la unidad de arquitectos. Fabricantes de materiales, elementos y productos de la construcción han ido de la mano presentando con arquitectos de gran calidad a las empresas más cualificadas, mediante obras de arquitectura de alto nivel.

No es casualidad que los arquitectos españoles están movilizados, junto con los fabricantes para salir de una crisis sin precedentes, y por hacerlo marcando límites al desarrollo insostenible, defendiendo la buena formación, el impulso tecnológico y la comprensión del nuevo contexto de la arquitectura y el urbanismo en nuestra sociedad. El sector productivo más innovador del sector de la construcción ha dejado sus pautas de investigación y desarrollo en todas las partes del mundo. La “marca España” en arquitectura, se ha extendido en China o Japón, en EE UU, Dubái o Polonia.

De los datos de encuestas e informes empíricos (Encuesta Arquia, C.E.P.A., Instituto Cerdá…) se ha obtenido cuantiosa información: en ese terreno es significativo que el 85% de los arquitectos encuestados apueste por la calidad, que el 80 % pida delimitar funciones par evitar el intrusismo, el 69% quiera aumentar la autonomía profesional y la decisión del arquitecto e igual porcentaje opina que se debe impulsar el papel público y ético del arquitecto y mejorar la imagen pública, así como que el 58% quiere cambiar los planes de estudios.