La belleza de la austeridad
Lo austero también puede ser bello. La casa Granera, diseñada por el Estudi LópezViana, a petición de la propietaria de esta casa residencial de dos plantas, se ha construido sin ornamentos ni lujos, pero con una gran funcionalidad y, sobre todo, integrándose en el entorno, minimizando su impacto medioambiental. Las imperfecciones de los propios materiales constructivos emergen y se integran en el propio diseño, donde la cerámica y la madera se convierten en los materiales más utilizados en este proyecto arquitectónico. En definitiva, el lenguaje de la sencillez llevado a su máxima expresión.
Esta casa es uno de aquellos encargos que siempre se recordarán por la oportunidad de disfrutar del procedimiento y poner en valor todos los aspectos de la profesión que animan y apasionan a cualquier profesional. Aunque la escala de la obra sea modesta, el trabajo y la dedicación han sido intensas. Pero, especialmente, destaca por la relación entre los técnicos, Marta López, arquitecta, y Alejandro Moreno, arquitecto técnico; con la clienta, Nuria, clave para la consecución de una casa que da respuesta a la petición inicial y que ha servido para volver a recuperar técnicas y materiales del pasado que resurgen con fuerza en la vivienda que dota de belleza a la austeridad.
La ubicación de la finca, en la localidad de Granera próxima a Barcelona, fue clave también para cumplir con una propuesta que huye del lujo y focaliza sus esfuerzos en la funcionalidad de la propia vivienda, integrándose en el entorno y reduciendo su impacto en la naturaleza.
El proyecto destaca por:
- La austeridad de los acabados y los propios materiales. El proyecto quiere poner en valor y sin grandes pretensiones los elementos constructivos. Para ello, se han empleado materiales cerámicos y la madera como principales actores de este proyecto arquitectónico.
- Soluciones constructivas sin elementos correctivos. El edificio muestra el lenguaje propio de los materiales y las técnicas constructivas que se han empleado. Hay la voluntad de enseñar en crudo como se ejecutan los paramentos, verticales y horizontales, y como se entregan los diferentes materiales sin elementos ‘embellecedores’.
- Contención presupuestaria. En sintonía con el proyecto, el presupuesto debía ser austero y libre de cualquier partida superflua. Por lo tanto, el rigor presupuestario, tanto a nivel de proyecto, contratación y liquidación, era obligado con un PEM de 1.100 €/m².
- Relación con el entorno. Tanto el proyecto como la obra tratan con respeto el entorno que le rodea. Las soluciones que se han aplicado se integran con la realidad construida del municipio. Durante la obra, el impacto fue mínimo, sin afectaciones al lugar ni a vecinos.
- Ubicación singular. El encargo de la propietaria era hacer una casa con vistas con un presupuesto contenido. La dimensión y ubicación de las ventanas se amolda a las vistas panorámicas hacia el castillo de Granera y la Serra de Cadí. La ubicación, junto a la plaza de la Iglesia, inspiró el diseño de las arcadas de la galería de la planta primera, que dialogan con los arcos del campanario al otro lado de la plaza.
- Planificación razonable. Teniendo en cuenta la situación de la obra, la coordinación de los diferentes industriales permitió que la construcción tuviera una previsión de construcción de 15 meses.
La apuesta por materiales de proximidad
Tras la adquisición del solar, se acomete la redacción del proyecto, a cargo de la arquitecta Marta López, con criterios de eficiencia energética y técnicas constructivas y materiales para generar el mínimo impacto con el entorno. Mención especial se aporta al sistema de envolvente, así como a la configuración de las aperturas de fachada.
En este sentido, para la ejecución de las obras se plantea un constructor principal que, además, fuera próximo a la ubicación de la obra, para aportar su conocimiento del territorio, que recaló en Jaume Casanovas; mientras que los industriales de la madera fueron contratados directamente por la clienta, cuyo grado de implicación en el proyecto fue máximo, para velar por el cumplimiento de los requerimientos.
Durante la obra, la ejecución de los paramentos verticales y horizontales tiene un ritmo más lento que en un tipo de construcción ordinaria, ya que el cierre de fachada interior es una pared resistente de carga y, a la vez, con acabado interior, tratándose de una hoja de pared de ladrillo calado visto. A la hora de ejecutar los techos, los propios forjados unidireccionales y las áreas macizas también serán vistos solo con un pintado superficial con pintura plástica lisa. Esta concepción implica que, desde el arranque de paredes a nivel de planta baja, el replanteo y puesta en obra se controló intensamente, dando mayor relevancia a los módulos unitarios de piezas de obra cerámica.
Plano de la planta baja de la casa, con la distribución de las estancias y las paredes divisorias empleadas, únicamente, en las zonas privativas.
Así, también, en el replanteo de viguetas y lagunares, a la hora de montar la estructura horizontal, fue esencial hacer un despiece armonioso, para un mayor control desde el inicio de su puesta en obra.
Una vez completado el esqueleto, se cubren con la cubierta inclinada a dos aguas con acabado de teja cerámica árabe. El cierre de cubierta contempla un aislamiento de poliestireno extruido de 8 cm de grosor exterior, para conseguir un techo caliente tanto en las zonas donde se conforma con tabiques conejeros y machihembrado cerámico, como en las zonas donde el bajo cubierta se aprovecha directamente.
Para completar la envolvente, se construye una hoja cerámica exterior de ladrillo perforado, conectado a la hoja principal con llaves de acero, y armado con murfor. De este modo, entre las dos hojas se genera una cámara de 10 cm que se rellena con lana de roca, consiguiendo una envolvente aislada que minimiza los puentes térmicos. El acabado de la fachada se define con un enlucido con mortero de cal donde se añade áridos de la zona, cuya fórmula sólo la conoce el constructor.
Para cerrar la obra, se instalan carpinterías de aluminio con rotura del puente térmico y acristalamiento aislantes dobles de bajo emisión de Arnedo Aluminios. La carpintería se sitúa en la cara exterior de la fachada con dos opciones: con enmarcado metálico visto o sin marco, que refuerzan el diseño austero.
En cuanto a las instalaciones, se generan unos planos específicos para el trazado de las conducciones y ubicaciones de elementos auxiliares y terminales, según replanteo de interiorismo. La fontanería se ejecuta con tubos de cobre soldados que pasan por el techo en paralelo a las divisorias, mientras que las conducciones eléctricas y telecomunicaciones van bajo tubo rígido de plástico por la parte superior de paramentos verticales.
La producción de agua caliente sanitaria se resuelve con máquina de aerotermia cumpliendo los requerimientos de contribución de energías renovables. La calefacción de la vivienda se consigue con una estufa de leña con generación de convección de aire y control de combustión.
El pavimento de planta baja se configura con hormigón fratasado con adición de polvo de cuarzo, resultando una superficie dura para los espacios comunes y de transición hacia el exterior. En el caso de la planta primera, destinada a un uso más privativo, se colocaron paneles de OSB barnizados, para generar un pavimento más cálido, a partir de este material más industrial.
La escalera de conexión entre los dos niveles se ejecuta con hormigón armado y acabado enlucido. Mientras que la configuración de los espacios interiores, se consigue con unas pocas paredes que cierran aquellas zonas que necesitan de mayor privacidad, a partir de tabiques de pladur, con los que se genera un altillo en planta primera descolgado del techo de cubierta como una zona de recreo o de estancia sobre el techo de las zonas húmedas.
La austeridad es una máxima también en el interior, donde el uso de la madera en los trabajos de carpintería y el hormigón y la madera en los pavimentos, son los elementos más destacables de este proyecto. Fotos: Adrián Profumo.
Tal como se ha comentado anteriormente, el revestimiento interior es propiamente la pared de ladrillo calado con pintura plástica. Únicamente, se han alicatado algunos paramentos, donde el uso del aposento lo ha requerido. Incluso los azulejos de cocina y baños se han revestido con las diferentes baldosas para unificar colores y texturas.
Trabajos artesanales
Los últimos industriales que participaron en el proyecto fueron los carpinteros Josep Alberch y Jaume Sansó. El primero ha instalado todas las puertas de las estancias, los muebles de la cocina diseñados especialmente para la casa, el sándwich del altillo de la planta primera y el pavimento de OSB. Por su parte, Sansó ha construido e instalado todos los marcos y postigos interiores de las aperturas de fachada. Este elemento se ha tratado con mucho cuidado, ya que había que resolver diferentes casuísticas y ajustar de forma semi artesanal uno a uno en la propia obra. La construcción se ha realizado a base de paneles contrachapados de abedul y los alféizares interiores que genera pasan a formar parte del interiorismo y el uso de la propia casa, como estanterías o bancos donde sentarse y contemplar las vistas desde el interior.
Para garantizar el éxito de estos marcos interiores se trabajó conjuntamente con el industrial y se generaron varios prototipos, hasta lograr la unidad deseada. Asimismo, los postigos instalados por el interior, y del mismo material, dan la protección y privacidad que procede en cada momento.
En el exterior, la parcela ha sufrido muy pocas modificaciones. Incluso se ha respetado el muro de piedra preexistente, que limita la propiedad con el vial y la plaza, consiguiendo apoyar la fachada encima configurando, a la vez, el muro como zócalo del edificio.
En la zona posterior se ha generado una pavimento con adoquines para la terraza y de salida al mismo nivel desde la planta baja. La aportación de tierras de exterior permite modificar, ligeramente, el desnivel natural del terreno, para acomodar el volumen y las salidas de la casa al entorno existente.
El resultado es una casa austera que busca el confort y la habitabilidad, así como reducir el impacto medioambiental y la eficiencia energética. El uso de materiales como la cerámica y la madera refuerzan un proyecto que el Estudi LópezViana presentó para los Premios FAD.
FICHA TÉCNICA
- Nombre del proyecto: Casa Granera
- Autores Proyecto: Marta López Viana
- Arquitectura /dirección de obra: Marta López Viana
- Diseño Interior: Marta López Viana
- Arquitecto técnico/ dirección de ejecución de obra: Alejandro Moreno Duarte
- Colaborarores: Javi Albo (arquitecto del despacho estudi LopezViana)
- Coordinación de Seguridad y Salud: Alejandro Moreno Duarte
- Colaboradores (consultores: Estructurista): Laia Marín Sellarés
- Emplazamiento: Plaça de l’Església, 6
- Cliente / Promotor: Núria Juan-Muns Plans
- Contratista: Jaume Casanovas S.L.P.
- Fecha Proyecto: 2018
- Fecha Construcción: Inicio y final de obra: 19/09/2018 y 17/12/2019
- Superficie:150,12m2
- Presupuesto: 159.035,00 €
- Coste m2: 1.059,38 €/m2
- Fotografía: Adrián Pedrazas Profumo
INDUSTRIALES
- Contratista: Jaume Casanovas S.L.P
- Carpintería Interior: Jaume Sansó / Josep Alberch
- Carpinteria Exterior: Arnedo Aluminis