El sector de la construcción reclama mayor protagonismo para salir de la crisis
11 de mayo de 2012
“La construcción no solo es la industria del mal llamado ladrillo. Es también la industria de las autopistas, de las redes de metro, de los intercambiadores, de los aeropuertos, de las viviendas sociales… Es una industria que ha contribuido a generar paz social durante los últimos 20 años y que ha sido capaz de crear 18 puestos de trabajo por cada millón de euros de inversión, logrando además un retorno para la Administración, para ese millón de euros, de cerca de 570.000 euros”, señalaba Juan F. Lazcano, presidente de la Confederación Nacional de la Construcción, durante la inauguración del Congreso.
Sin duda una encendida defensa del sector a la que se fueron sumando durante el desarrollo del programa destacados profesionales de esta industria en España así como el moderador de la jornada, el periodista Fernando Ónega, para quien “de esta crisis no se podrá salir sin tener en cuenta a la construcción”. “Sí a más ordenadores, sí a más conocimiento, pero por favor no maten al ladrillo”, indicaba el periodista respondiendo a todos aquellos que proponen un nuevo modelo económico en el que se margine a la Construcción.
Durante su alocución, el presidente de la CNC puso en valor algunos de los elementos diferenciales que ha aportado la Construcción en España durante los últimos años, como un convenio general y unitario para todo el país; una ley de subcontratación que ha mejorado el control de la actividad; o una intensa labor formativa, puesta de manifiesto, sobre todo, en la Fundación Laboral de la Construcción, que ya cuenta con 42 centros repartidos por todo el país y que fue capaz de formar a cerca de 165.000 trabajadores durante el 2011.
Lazcano hizo a continuación una radiografía de la difícil situación que atraviesa el sector en España, caracterizada por una “prácticamente nula actividad edificadora” y por una fuerte caída de la inversión en obra civil. Esto ha conllevado, según señalaba, la desaparición de 135.000 empresas relacionadas con esta industria en el periodo 2008-2010, una notable caída del peso de su actividad sobre el PIB y, en materia de empleo, una pérdida del 60% en la afiliación a la Seguridad Social desde el año 2007.
Por ello y siendo conscientes en la CNC de que “el recorte del gasto público es completamente necesario para reducir el déficit, para aumentar nuestra competitividad y para salir de la crisis”, desde la Confederación se apunta a mantener unos adecuados niveles de inversión pública en infraestructuras que proporcionen el mayor retorno posible, no poniendo con ello en cuestión “la propia supervivencia del sector”.
Desde la CNC se presentaron igualmente una serie de propuestas que, según el punto de vista de la Confederación, pueden ayudar a mejorar el panorama, como por ejemplo implementar un nuevo modelo de planificación de inversiones y financiación, establecer prioridades en materias claves como transportes, agua o energía, configurar un programa sostenible de mantenimiento de la Red de Carreteras, aplicar políticas realistas de costes y precios en el agua, profundizar en las posibilidades de colaboración público-privada, ampliar del plazo de concesión de las autopistas de peaje o cobrar por el uso de carreteras, entre otras.
Visión de Fomento
Durante la apertura del congreso, la ministra de Fomento, Ana Pastor, reconocía igualmente el importante papel que ha jugado la Construcción en la mejora de la calidad de vida de los españoles y confirmaba que para el actual Gobierno “las infraestructuras, el transporte y la vivienda son elementos que importan, y mucho”.
Desde la Administración se conocen las dificultades que vive esta industria en España, que se reflejan en datos como el aportado por la propia ministra relativo a que el 53% de todo el empleo destruido en España durante la crisis corresponde a este sector. A pesar de ello desde el Estado, según confirmaba Ana Pastor, se sigue apostando por el presente y el futuro de una industria que, con todo lo que está sufriendo, mantiene un peso sobre nuestro PIB del 16%.
En un escenario de reducción de déficit público, desde Fomento, como indicaba su máxima representante, se está trabajando en planes de inversión que se rijan por criterios firmes como el rigor económico, la vertebración territorial, la visión a largo plazo (“estamos construyendo infraestructuras para los próximos cien años”, indicaba la ministra), la transparencia, la eficiencia, la rentabilidad social - económica y la sostenibilidad. Además, la Administración mantiene su compromiso de seguir trabajando para favorecer la internacionalización de las empresas españolas.
En materia de vivienda, Ana Pastor señaló que uno de los grandes focos de Fomento va a estar en la rehabilitación, un segmento que en España disfruta de un enorme potencial de crecimiento debido a la avanzada edad que muestra buena parte del parque inmobiliario nacional y a la distancia que nos separa aún de la media europea en esta materia (13 puntos por debajo).
Y el otro pilar de la política de vivienda del Gobierno será la promoción del alquiler, una fórmula que en España aún se mantiene en niveles muy inferiores a los de la Unión Europea (17% en España frente al 30% de media de la UE) y a los de países como Alemania (47%).
Visión de los empresarios
El I Congreso Nacional de la Industria de la Construcción, que contó con ponencias centradas en asuntos económicos y financieros, en infraestructuras, en asuntos laborales, en edificación, en internacionalización o en asuntos sociales y formación, fue clausurada por el presidente de la CEOE, Juan Rosell, quien también apuntaba a la Construcción “como uno de los sectores más necesarios para la recuperación económica de España” y quien destacaba tres aspectos fundamentales para mejorar su situación: 1) la cancelación de las deudas contraídas por las diferentes administraciones; 2) la finalización de la restructuración del sistema financiero para mejorar el acceso al crédito; y 3) la aplicación de medidas que faciliten la salida del stock de vivienda actualmente sin vender.
A todo ello, según Rosell, habría que añadir elementos como la agilización de los trámites administrativos en materia de urbanismo, un fomento de la rehabilitación, una mayor atención a la conservación de carreteras y, ante todo, “establecer políticas con cabeza, rigor y responsabilidad”, concluía.